Crónicas de transparencia
Crónicas de transparencia

Información y democracia

Es necesario otro tipo de información, además de las promesas de campaña, para poder realizar un voto informado. Imagen: Red por la Rendición de Cuentas.

Samuel Bonilla.[i]

Uno de los peores lastres para la democracia son ciudadanos desinformados y desinteresados de los asuntos públicos, inconformes con quienes están a cargo de las funciones públicas pero carentes de la voluntad para participar e involucrarse en mejorar el estado de cosas.

Las campañas de exhorto a votar debieran ser precedidas por procesos de comunicación didáctica que muestren mecanismos accesibles para observar y evaluar el desempeño de quienes ocupan cargos de elección popular en los temas de interés de cada persona o grupo social. Y mostrar la utilidad de esa información para decidir por quiénes votar o por quiénes no hacerlo −sea aspirante, partido o proyecto político−, en función no sólo de promesas de campaña sino también de desempeños personales en cargos públicos o decisiones partidistas en asuntos de la agenda pública.

El ideal del voto informado tropieza con muchos obstáculos, iniciando con la ausencia de productos informativos confiables para comparar la oferta político electoral de candidatas y candidatos y de sus respectivas propuestas para aplicar en caso de ganar la elección, en cuyo caso ese insumo informativo tendría una valiosa función adicional: auxiliar al seguimiento de su desempeño en el cargo para vigilar su cumplimiento.

La regla básica de las contiendas electorales es simple, la candidata o candidato con mayor número de votos obtiene el triunfo. A partir de ese principio pareciera que, en los hechos, el fin justificara los medios y que el objetivo fuese obtener a toda costa más votos que los demás contendientes. Y la ambición por el poder, cuando lleva a incurrir en actos ilegales en la búsqueda de adeptos y votos, representa quizás la principal fuente de amenazas para la democracia al reducirla a un conjunto de procedimientos formarles necesarios para alcanzar el poder público, como un mero protocolo.

No es infrecuente que se genere una propaganda desmedida en formas, medios y contenidos que exagera méritos de la candidata o candidato o de plano miente. Las noticias falsas y la siembra de mentiras y difusión de rumores negativos sobre los adversarios son otros ingredientes que enferman y debilitan procesos electorales en condiciones de limpieza y equidad, y conducen no al voto desinformado sino al voto malinformado o al voto por miedo inducido.

El antídoto es relativamente simple: información confiable, precisa, verídica, oportuna, accesible, comprensible y pertinente. Pero el remedio se torna complejo cuando reclama interés, esfuerzos y recursos para informarnos en fuentes confiables. Fuentes que, en principio, deben ser construidas, actualizadas y difundidas en diversos medios, formatos y soportes por el INE y los órganos electorales locales, incluso con apoyo de instituciones de educación superior.

En tanto, las campañas electorales rebosan de propaganda y acusan insuficiencia de información confiable. No son pocos los y las votantes que hasta el momento de recibir en la casilla electoral las boletas para votar se enteran de todas las elecciones que se están llevando a cabo ese día y de todas las opciones que hay para votar. Si sus votos no estaban previamente decididos ya no disponen de condiciones propicias para emitir votos razonados.

Entre un proceso electoral y otro hay tiempo suficiente para operar programas de formación ciudadana que incluyan el desarrollo de capacidades para el consumo crítico y uso de información de asuntos de la esfera pública y de alternativas de participación ciudadana para incidir en su agenda.

La ecuación información y democracia incide en la calidad de ésta, no sólo por la insuficiencia de información confiable, comprensible y accesible, sino también por la apatía y pereza por informarnos acerca de los asuntos públicos (y por capacidades poco desarrolladas para diferenciar la propaganda de la información periodística y las opiniones de los hechos). Es posible que nos informemos más a detalle y comparemos mejor las distintas opciones para decidir la compra de una computadora o un televisor que para votar por un aspirante a legislador o legisladora.

[i] Coordinador del Programa Transparencia para Tod@s.

twitter: @transparatodos