Samuel Bonilla.[i]
Caso 1. Marthaline Nuah vivía en una aldea al noreste de Liberia. Estaba decidida a cursar una carrera universitaria, pero debido a que en su comunidad no hay universidad se mudó con una tía a Saniquellie, capital del condado de Nimba y sede de un colegio comunitario.
Su tía le apoyó para pagar los exámenes de ingreso a la universidad, los cuales aprobó, y las cuotas de admisión. Pero no pudo hacerlo para pagar los cursos.
Decidida a reunir el dinero necesario para pagar sus estudios Marthaline empezó a vender palomitas de maíz, fruta y leche en los mercados callejeros de Saniquellie.
Caso 2. En Guatemala, la carencia de agua y la pandemia se convirtieron en una grave amenaza para la subsistencia de los habitantes de Plan del Jocote, un caserío de Maraxcó, en Chiquimula. Las expectativas no eran favorables.
El censo de 2018 indicaba que en Maraxcó habitaban 6,341 personas (24% de ellas analfabetas) en 1,181 viviendas, de las cuales 1,168 carecían de servicio de agua por tubería.
Historias similares son frecuentes en muchos países y sus desenlaces, por lo general, son insatisfactorios. Personas que buscan que sus hijos accedan a opciones educativas, que buscan servicios de atención médica, abastecimiento de agua potable, opciones de trabajo, medios de transporte, caminos, electrificación, puentes, pasos peatonales, alumbrado público, drenaje, seguridad, medicinas, alimentos. Un pedazo de justicia social para sus vidas.
¿Cuáles son entonces las oportunidades reales que tienen sus protagonistas para poder resolver problemas de este tipo y por qué no las aprovechan? Simplemente porque las desconocen o porque no saben cómo hacerlas valer en su beneficio.
Nadie podrá inconformarse ante abusos o injusticias que desconoce y nadie podrá aprovechar oportunidades que ignora. El factor clave, ausente en esta ecuación social, es la información; información oportuna, comprensible, precisa, completa, veraz y accesible. Así de simple y así de difícil.
La condición de saber y de tener la capacidad de actuar en consecuencia marca diferencia, pero ese binomio de apariencia sencilla es difícil de encontrar en sectores sociales en desventaja. Se requieren intervenciones.
Una de las características que suele estar presente en situaciones de pobreza y marginación es la desinformación, y no hay peor estado de indefensión social que la ignorancia porque mantiene e incrementa las condiciones de desventaja.
Veamos ahora cómo operó la información, transformada en conocimiento, y su aplicación en los dos casos mencionados al inicio, empezando desde la etapa clave de cómo acceder a la información necesaria.
Cierto día Marthaline escuchó un programa de radio que cambiaría su vida. Miembros de la Red de Libertad de Información del Condado de Nimba, que cuenta con el apoyo del Centro Carter, una organización que promueve el derecho a la información pública de las mujeres, explicaban el uso de ese derecho para que las mujeres solicitaran información pública y daban ejemplos del impacto transformador de la información. Un ejemplo consistía en presentar una solicitud de acceso a la información ante el Ministerio de Educación para conocer las becas disponibles para ayudar con los gastos escolares.
Marthaline decidió intentarlo. Escribió una petición de información y se dirigió a la oficina de educación local. Poco después recibió una solicitud de beca, que llenó y entregó en la recepción del ministerio. Pronto recibió una noticia: su alto promedio de calificaciones la habilitaba para obtener una beca, suficiente para cubrir dos años de educación.
Hoy ella está estudiando agricultura en Nimba County Community College y sueña con convertirse en una exitosa productora de hortalizas en Liberia. “Estoy muy feliz de recibir una beca del gobierno mediante el uso de la Ley de Libertad de Información; cambió mi vida y me dio esperanza”, expresó.
“La historia de Marthaline es solo un ejemplo del poder de la información”, dijo Kari Mackey, directora asociada del Programa de Estado de Derecho del Centro Carter. “Hemos pasado una década corriendo la voz en Liberia sobre el derecho de las mujeres a acceder a la información, trabajando con las oficinas gubernamentales y la sociedad civil para mejorar el acceso, y ayudando a las mujeres a realizar solicitudes que pueden conducir a información que cambie su vida”, agregó.
En el segundo caso, mujeres de Plan del Jocote, en Maraxcó, Guatemala, han recibido desde 2016, por parte del Centro Carter, talleres de capacitación para acceder a información pública. En 2017 enviaron una solicitud de información al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga): Pedían saber los programas que había disponibles para la comunidad y los requisitos para aplicar a ellos.
La dependencia gubernamental les proporcionó información acerca de un programa para crear huertos al que pudieron acceder, y posteriormente obtuvieron asistencia técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Así, usando agua de lluvia almacenada, las integrantes de la Asociación de Mujeres Progresistas (AMP) en Plan del Jocote, cultivaron ocho huertos comunitarios en los que cosecharon 29 especies de productos como cebollas, zanahoria, chile, rábanos, pepinos, tomate criollo, amaranto, achiote, hierbabuena, chipilín, repollo y orégano.
“Gracias a los huertos, la comunidad tuvo un sustento alimenticio mientras las medidas de confinamiento estuvieron vigentes entre marzo y octubre (de 2020) y una fuente de ingreso, ya que vendían parte de las semillas y las ganancias las destinaban a un fondo común de contingencia del cual las socias disponen al momento de cubrir una necesidad”, informó el diario Prensa Libre en un reportaje.
Y cita a Gloría Díaz, presidenta de la AMP, “si nosotras no nos hubiéramos organizado e informado sobre el derecho de acceder a información, no hubiéramos podido sobrevivir en estos meses tan difíciles. Mientras estuvo vigente el toque de queda obteníamos verduras de los huertos”.
Explica el reportaje que los huertos comunitarios contribuyeron, directa e indirectamente, a la subsistencia de más de 600 familias, antes y durante la pandemia.
Para Sofía Villatoro, directora del Proyecto “Mujeres y el Derecho de Acceso a la Información” del Centro Carter en Guatemala, es posible mejorar la vida de las mujeres, es posible mejorar la vida de la ciudadanía a través del acceso a la información pública. Y explica cómo, gracias a solicitudes de información, las mujeres en Maraxcó han accedido a varios beneficios como becas artesanales para comprar materia prima para la elaboración de artesanías como canastos, servilletas, manteles y bolsas, y administrar criaderos de gallinas ponedoras, entre otros más.
La información transformada en conocimiento y el acompañamiento calificado son clave para que integrantes de sectores en condiciones de marginación puedan autogestionar mejoras significativas en sus condiciones de vida.
La información para elaborar este texto fue obtenida de:
- The Carter Center. Determined Student Finds Route to College (cartercenter.org)
- Reportaje “La clave del desarrollo en Maraxcó fue el acceso a la información”, por José Pablo Del Águila. Prensa Libre. Guatemala. 15 de marzo de 2021.
- Plática de Sofía Villatoro, directora del Proyecto “Mujeres y el Derecho de Acceso a la Información” del Centro Carter en Guatemala, en el Seminario Desarrollo de Capacidades para el Aprovechamiento del Derecho de Acceso a la Información Pública. 10 de abril de 2021.
[i] Coordinador del Programa Transparencia para Tod@s.
Twitter: @transparatodos
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