En Pocas Palabras
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¿Qué pasa en Colombia?

Foto: Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Teresa E. Hernández-Bolaños

El estallido social que vive Colombia desde hace más de 15 días, una vez que se declarara el inicio de las protestas el miércoles 28 de abril (28A), ha colocado al país sudamericano en una crisis política y social en plena crisis sanitaria. Las protestas masivas y prolongadas en todo el país, así como la visible represión y uso de la fuerza pública en las movilizaciones, por parte del gobierno de Iván Duque, son sólo la manifestación de los problemas, las reivindicaciones y las demandas sociales no resultas durante décadas, en una Colombia que aún intenta reconstruirse después de los acuerdos de paz entre el gobierno y la emblemática guerrilla de las FARC en 2016, de una Colombia que produce el 70% de la cocaína[1]  que se consume en el mundo; por lo que el narcotráfico, el crimen organizado, el uso de la fuerza pública y la militarización no le son ajenas.

Con lo que se explica el porqué, las movilizaciones no pararon una vez que el presidente Duque retirara el proyecto original de reforma fiscal que detonó el inicio de las protestas el 28 de abril. Finalmente, la reforma tributaria presentada por el gobierno fue sólo la gota que derramó el vaso. Después de retirar la propuesta original de 110 páginas y 170 artículos de la “Ley de Solidaridad Sostenible”, el gobierno ha planteando la posibilidad de establecer solamente unos 20 artículos en la reforma. Mientras el Ministro de Hacienda Dr. Alberto Carrasquilla renunciaba 5 días después y lo sustituía José Manuel Restrepo, el presidente Duque declaraba que no se gravaría el IVA del 19% a los servicios públicos (gas, energía, recolección de basura, etc., a los estratos 4,5 y 6), como lo establecía la propuesta original, ni el 19% de IVA al 43% de la canasta básica, como lo establecía la propuesta original, entre muchísimos otros artículos que también abarcaban otros impuestos como el ISR a sectores de estratos 4 y 5 y en los siguientes años a estratos 2 y 1.

Aun cuando el actual Ministro de Hacienda ha declarado en entrevista para CNN que se equilibrará el presupuesto sin aumentar impuestos y sin “tocar” a la clase media, las manifestaciones continúan, y la mano dura del gobierno ha cobrado más de 40 vidas, entre ellas la de Lucas Villa, el líder estudiantil quien murió al recibir ocho impactos de bala durante una manifestación pacífica. Pero los manifestantes también han denunciado más de 200 heridos, decenas de lesionados, agredidos, y más de 500 detenidos. Por lo que la ONU se ha manifestado en contra del uso de la fuerza, la represión y la mano dura del gobierno. Quien se ha negado a retirar la fuerza pública, la policía militarizada y el ejército, ya que, según palabras del mismo Duque, en entrevista con la periodista Christiane Amanpour de CNN, sólo apoyan y colaboran con la policía. Quizá Duque, a quien se le vincula con Álvaro Uribe y el Uribismo colombiano dentro del poder político, sea tan reacio a los movimientos sociales y las demandas populares, que las relaciona con la guerrilla y sectores violentos. Sin embargo, la represión ha unido a los distintos movimientos sociales como el estudiantil y el indígena, que buscan negociar con el gobierno una serie de reivindicaciones, que van desde la reforma a la salud hasta la educación gratuita, e incluso el cambio de modelo económico, conformando el Comité Nacional de Paro.

Si bien el gobierno ha tenido un acercamiento con el Comité Nacional de Paro no se ha llegado a ningún acuerdo, ya que, para negociar, éste solicita el retiro de la fuerza pública y la represión. Respecto al acercamiento con los estudiantes, la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles para la Educación Superior (ACREES) ha declarado que no tienen claridad sobre el plan de educación gratuita. En este panorama podemos prever que mientras el gobierno de Duque no disminuya la represión y no negocie el pliego de emergencia del Comité Nacional de Paro, que establece una síntesis de las demandas de varios sectores y movimientos, las movilizaciones continuarán, quizá hasta el cambio de gobiernos del siguiente año.

[1] Según un informe de la ONU del 2017 y los registros de la DEA, Colombia no sólo es el productor de cocaína más importante del mundo, sino que produce el 70% de la producción mundial.