Teresa E. Hernández-Bolaños
La controversia entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y la Cofece (Comisión Federal de Competencia Económica) en torno a la autorización que concedió ésta, para que la empresa China Ganfeng Lithium Group adquiera la totalidad de la empresa Bacanora Lithium, hace evidente que la reforma energética debe ser debatida, evidencia el valor y la importancia que debería tener el litio para nuestro país y por supuesto pone de manifiesto lo que la ley permite en materia de inversión privada nacional o extranjera sobre los recursos nacionales.
Una vez que la Cofece aprobó la transacción para que la empresa con sede en Xinyu China, considerada la mayor productora de litio en el mundo, adquiriera el porcentaje faltante de Bacanora Lithium, por 400 millones de dólares; la empresa china podrá ser dueña absoluta de la minera y su yacimiento de litio ubicado en Bacanora, Sonora, hasta entonces perteneciente a la sociedad China-Inglesa. Una empresa minera en ascenso, que cotiza en el mercado del Reino Unido, y cuyo objetivo es la explotación del litio. Esta transacción, a pesar del descontento del presidente, está fundamentada en las leyes vigentes. Aun con las declaraciones del presidente, que sostienen que el litio es de los mexicanos, e incluso el anuncio de la posibilidad de crear una empresa nacional que explote el litio, lo cierto es que mientras no se apruebe la propuesta de reforma energética que aún está estancada, lo que ha ocurrido no ahora, sino desde la venta inicial de Bacanora a manos extranjeras, es posible.
Según el argumento del presidente, la reforma energética considera recursos como el litio de explotación exclusiva de la nación, sea directamente o a través de terceros; sin embargo, este argumento no tiene aún fundamento legal, por lo que la Cofece ha actuado conforme a derecho y ha explicado que “la Constitución y sus leyes reglamentarias permiten inversión nacional e internacional en el mercado de la concentración (el litio) analizada…En consecuencia, toda empresa, nacional o extranjera, puede solicitar la autorización para adquirir, aumentar su participación o fusionarse con otra”.
Pero, ¿por qué es importante el litio y de interés para una de las economías más grandes e importantes del planeta como la China? El litio es un metal alcalino extremadamente ligero, es excelente conductor y su magia radica en que se puede cargar y descargar, por lo que es el elemento fundamental para todo tipo de baterías. Comparte con el petróleo el ser un recurso no renovable, pero tiene la ventaja, dicen los expertos, de poder ser reusado varias veces, por lo que tiene más tiempo de utilidad. Este metal se ha vuelto clave para la industria automotriz y la transición a autos eléctricos, se visualiza como el sustituto de las gasolinas. La industria del litio inició desde la década de los 80’s, pero sin duda en los últimos años ha despertado interés por el auge de las energías limpias. Se considera que tan sólo un incremento de un 1% de la producción de vehículos eléctricos incrementaría la demanda de litio en más del 40%. Se prevé, por los recientes acuerdos sobre el cambio climático, que la demanda del litio aumentará de 240 mil toneladas a 1.7 millones en 2040, ya que se prevé que el 57% de los autos en el mundo ya no sean de gasolina.
El interés de China por el litio es comprensible, la rapidez con que pueda apoderarse de las reservas de litio más grande, le dará ventajas competitivas sobre Rusia y Estados Unidos. Y es que México encabeza el ranking de los yacimientos más grandes de litio en el mundo y esos yacimientos tienen como epicentro Sonora, donde se encuentra Bacanora. Según el ranking de Mining Technology, las reservas probadas y probables de Sonora son de 243.8 millones de toneladas anuales, por encima de las siguientes dos reservas, la de Humboldt County Nevada de 179.4 toneladas anuales y Port Hedland en Australia con 151.94 toneladas anuales. China no sólo se ha interesado por el litio mexicano, también ha comprado otras minas de litio en países como Chile, yacimientos que colindan con los yacimientos de Bolivia, y en Argentina, comprando una mina de litio a los canadienses, otros de los yacimientos importantes en el mundo.
Muchos pronósticos sostienen que el litio será el nuevo petróleo, el interés de las potencias económicas sobre este metal parecen comprobarlo. Que las reservas mexicanas estén en manos privadas y extranjeras quizá deba preocuparnos, quizá en un futuro tengamos que enfrentar una nacionalización del litio. Por ahora la reforma energética de Peña Nieto, permite la explotación de recursos como el litio a empresas privadas y extranjeras. Pero como siempre, la mejor opinión es la de Ud.
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