Teresa E. Hernández-Bolaños
El pasado lunes 21 se septiembre, el excandidato a la presidencia de la República en las elecciones del 2018, el panista Ricardo Anaya Cortés, a través de un video de casi 7 minutos[1], reapareció anunciando lo que llamó su “regreso de lleno a la vida pública”. Anaya, según narra, había abandonado la vida pública durante dos años, una vez que perdió las elecciones frente a Andrés Manuel López Obrador, en los que, según dice, se dedicó a la academia, la reflexión y a escribir un libro de doce capítulos que difundirá capítulo a capítulo durante doce semanas, que según su propia narración es su proyecto político para México, y todo indica, que podría ser su propuesta política con miras a las próximas elecciones del 2021 y las de 2024 como lo expresó.
Pero el supuesto abandono de la vida pública de Anaya en realidad es relativo, en marzo de este mismo año (recién iniciado el confinamiento), difundió un video de poco más de 5 minutos, donde dijo tener un año alejado de la vida política, y si bien no habló abiertamente de su regreso a la política y de su interés en las elecciones, sí emitió un discurso político, digno de un candidato, expresando su preocupación por la pandemia y con ella se hizo presente en la escena pública expresando lo que sería su “propuesta” respecto a las acciones políticas del escenario COVID-19.
Propuso acciones sanitarias y sobre todo económicas, enmarcadas en un discurso de “no son tiempos de política” habló respecto a la recuperación económica: “tenemos que diseñar programas para ayudar a la gente que va a quedar desamparada y para evitar la quiebra permanente de las empresas y el cierre definitivo de pequeños negocios”. Finalmente concluyó con un “Viva México”, por si alguien dudaba que Anaya no tuviera intenciones de volver a la escena pública y a la acción política.
Anaya, por supuesto, no ha estado alejado de la vida pública, no sólo por los dos video señalados, sino por su involucramiento en el caso Odebrecht-Emilio Lozoya, investigado desde el 2016 por una Corte Federal en los Estados Unidos y actualmente por la UIF (Unidad de Inteligencia Financiera) en México, respecto a los señalamientos que Lozoya (exdirector de PEMEX) hiciera en su contra, en los que lo involucran con actos de corrupción cuando ostentaba un cargo público siendo entonces Diputado Federal, acusaciones que desde luego ha negado, a través de nada menos que otro video, que difundió el 20 de agosto, en el que además anuncia que demandaría a Lozoya por “daño moral”, demanda que ha sido rechazada por el juez federal a quien fue presentada, ya que éste señala que al no ostentar un cargo público de carácter federal la demanda debe presentarse ante un tribunal local.
La relación de Anaya con el caso Odebrecht, empresa constructora brasileña, enjuiciada por haber pagado sobornos a funcionarios públicos de al menos 12 países latinoamericanos, se remonta al periodo en el que Anaya fue Diputado Federal, y en el que la empresa dijo haber transferido a México más de 10 millones de dólares entre 2010 y 2014 a cambio de contratos con PEMEX dirigido entonces por Lozoya. Éste ha declarado que transfería dichos sobornos a funcionarios, de los cuales hubo una partida exclusiva para el PAN. Lozoya sostiene que Anaya recibió sobornos a cambio de aprobar la reforma energética durante el sexenio de Peña Nieto, así como 6.8 millones para lo que sería su campaña política para la gubernatura de Querétaro, que no llegó a consolidarse, ya que sería Francisco Domínguez por el PAN quien contendiera y ganara la gubernatura.
El panista no sólo no ha abandonado la escena pública como dice, sino a la par de lo que parece ser el inicio de su campaña política, que quizá pelee con su excompañera de partido Margarita Zavala (quien aún lucha por un registro de partido), seguirá en escena por la investigación que se sigue en su contra. No sabemos si Anaya logre librar las acusaciones de corrupción y menos si el PAN lo considere un candidato fuerte para contender de nuevo por la presidencia. Lo que sí podemos prever es que Anaya ha dejado claro que está presto para luchar por el poder político en México.
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