Teresa E. Hernández-Bolaños
¿Qué hacer tras el duro golpe al sector turismo? Sin duda hay que hacer un balance, tener una estrategia, un plan urgente de corto, mediano y largo plazo, e implementar acciones inmediatas, priorizar el sector y financiarlo. En qué medida se ha logrado y qué está planteando la Organización Mundial del Turismo. Es claro que no estábamos preparados. Según el Barómetro del turismo Mundial de la OMT las llegadas sufrieron una caída del 57% tras el inicio del confinamiento en numerosos países que cerraron aeropuertos y fronteras. Lo que se tradujo en una pérdida de 67 millones de llegadas internacionales, unos 80 mil millones de dólares en ingresos[1]. Lo que impactó en pérdida de empleos y cierre de hoteles, restaurantes, etcétera.
La OIT prevé una lenta recuperación, puntualizando que la demanda interna podría recuperarse antes que la demanda internacional, la mayoría espera ver signos de recuperación en el último trimestre de 2020, pero sobre todo en el 2021.
¿Cuándo prevé que empezará a recuperarse la demanda turística en su destino?
La recuperación, dependerá de estrategias y acciones nacionales, regionales e internacionales. La OMT presentó una serie de 8 directrices para reabrir el turismo de manera “fuerte y sostenible”: 1. Gestión de fronteras segura y fluida (por aire, mar y tierra), 2. Medidas transversales en el sector privado, 3. Viajes aéreos seguros, 4. Hospitalidad, 5. Operadores turísticos y agencias de viajes, 6. Reuniones y eventos, 7. Lugares de interés turístico y parques temáticos, y 8. Planificación y gestión de destinos[2].
Lo que implica restricciones de viaje y protocolos sanitarios, uso de tecnología, visado electrónico o exención, formar al personal en los protocolos de seguridad, simplificar los servicios de catering para que la tripulación disminuya la interacción con los pasajeros, reducción de los gastos aeroportuarios con la posible asistencia financiera de los gobiernos, check-in sin contacto y kit con material higiénico, comida a domicilio o para llevar, paquetes turísticos con reserva, incentivar el turismo interno, los viajes cortos, promover nuevos destinos, crear eventos digitales, incentivar el mercado interno, nuevos productos y experiencias para viajeros individuales o grupos reducidos.
La OMT emitió recomendaciones divididas en tres ámbitos: 1) Gestión de la crisis y mitigación de sus efectos, 2) Suministro de estímulos y aceleración de la recuperación y 3) Preparación para el futuro[3]. Además de apoyo y asistencia técnica enfocada a estimular y acelerar la recomendación económica en cuatro aspectos: 1. Medición del impacto de la COVID-19, 2. Planes de recuperación del turismo específicos para cada país, 3. Programa de apoyo a las microempresas y pymes turísticas y 4. Reorientación de la cadena de valor hacia la sostenibilidad[4].
Ahora bien, lo planteado cobra sentido si existen programas específicos de financiamiento, que permitan implementar planes, estrategias y acciones en cada país, pero ¿existen? A nivel internacional el Grupo Banco Mundial ha declarado que tras la crisis de salud reorientó programas e incrementó el financiamiento por 74 mil millones de dólares en el ejercicio 2020. En colaboración con el Fondo Monetario Internacional (FMI) optó por la suspensión de pago del servicio de la deuda a los países más pobres, y destinó recursos para financiar el equipamiento sanitario, así como para prioridades clave e inversión en desarrollo humano[5]. Pero, ¿hay recursos específicos?, habrá que revisar el panorama pos COVID-19 para México.
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