Desde nuestra América
Desde nuestra América

¿Dónde hemos escuchado una historia así?

La mina “Peñasquito” en Mazapil, Zacatecas. Foto: Gobierno de México.

Oscar Wingartz Plata*

El detonante de la crisis económica viene de la parte más violenta de la Revolución, esto es, a partir de los años 1914, 1915 y 1916. Para Alan Knight el resultado de estos años violentos afectó a la economía hasta los años veinte, aunque hay muchas cifras que dicen que no, que solamente corresponde a los años de la violencia de 1910 a 1920. […] Ahora bien, la crisis de 1914 a 1916, nos habla de que hubo una desarticulación del mercado, en donde se rompieron los canales de distribución y aprovisionamiento, principalmente en los ferrocarriles, al ser tomados por las tropas para transportarse. Juan José Gracida.

Parecería que la historia es cíclica, se repite como un karma, sin posibilidad de salir de él, con una variable, el contexto y los actores en turno. Se hace esta referencia, a propósito de un reportaje presentado en el diario La Jornada este fin de semana, sobre las mineras canadienses en nuestro país.[1] Es de llamar la atención la extracción de oro y plata que generan esas empresas, en términos absolutos, es del orden de un 60%, un acaparamiento impresionante. El título mismo de esta entrega retoma esa idea, la reiteración de momentos, procesos y realidades ya vividas. Sin pretender extremar los términos de esta exposición, parece que regresamos a una etapa histórica supuestamente superada, la fase álgida de una economía eminentemente extractiva de nuestro México al final del siglo XIX e inicio del siglo XX con Porfirio Díaz a la cabeza.

Muchos se pueden preguntar, cuál es la relevancia, el peso, la complejidad que enfrenta nuestro país por este tipo de actividades y sus futuras consecuencias. Dicho en términos muy concretos son muchas, por la serie de perjuicios que acarrean en distinto plano. Esto que se está comentando no es nuevo en nuestros contornos, es materia ya vista y vivida por nuestras generaciones pasadas y presentes. El ver cómo se explota y extraen nuestros recursos naturales.

Hay una serie de datos que corroboran lo dicho en el sentido de que, son seis mineras canadienses las que controlan el mercado con una extracción de 35000 kgs., esto representa el 60% de lo producido en oro y plata. Las mineras más fuertes son: Torex Gold, Agnico, Eagle Mines, Equinox Gold, Panamerican Silver y First Majestic. Esto elementos nos dan una idea muy clara del nivel de explotación y producción de estos metales en nuestro país. Para completar estos números, en las administraciones pasadas se otorgaron un 75% de concesiones a extranjeros. A nivel mundial, México está en el 9° puesto en producción de oro, sólo detrás de China, Australia, Rusia, Estados Unidos, Canadá, Indonesia, Perú y Ghana. Como se puede observar la extracción de estos metales es altamente rentable, así como su conversión para el mercado.

Más arriba se decía que hay una cierta similitud con etapas pasadas en la historia de nuestro país, una razón de ello es la forma como trabajan esas empresas en nuestro entorno, es decir, no sólo hay una alta rentabilidad, sino una serie de prebendas y privilegios, que hace todavía más rentable su extracción. En relación con este punto, el gobierno encabezado por el Presidente López Obrador les ha pedido que regularicen su funcionamiento, entre otros asuntos, pagar los impuestos respectivos, evitar las invasión de tierras, no pagar bajísimos salarios a los trabajadores. Una serie de situaciones que obviamente un gobierno no puede ni debe aceptar como normales. A propósito de estos elementos, la minera First Majestic anunció que iniciará un arbitraje internacional contra México por no querer pagar 500 millones de dólares en impuestos. Cualquier país que se precie de ser soberano, no puede aceptar ese tipo de conductas y desplantes. Aquí vendría una frase popular: “Esos quieren el remedio y el trapito”. Quieren el paquete completo. Es aquí donde se va mostrando la complejidad y la asimetría entre las economías, y el porqué de reflexionar sobre estas cuestiones.

La forma de trabajo de estas empresas se ajusta a un patrón muy aceitado donde se busca el máximo de ganancia, con la consabida cuota de acumulación, eso es lo que hace apetecible el negocio, de otra manera, simplemente no se hace nada. Desde la óptica de esas empresas. Ante todo está, la cuota de ganancia. Aquí llamaríamos a la reflexión sobre un hecho que no debe constituirse en actos recurrentes, ver nuestro país como tierra de conquista. Hemos vivido historias complejas y desgarradoras a lo largo y ancho de nuestro proceso como nación, como para seguir repitiendo hasta el infinito esos procederes. No es la primera que nos pasa, ni tampoco es novedoso lo que se está comentando. Lo novedoso es que no repitamos esos patrones y esas relaciones asimétricas. Este ha sido uno de los problemas más agudos que hemos padecido como país históricamente.

No hay que perder de vista un asunto que es clave actualmente y que se está ventilando en nuestro entorno, la recuperación y salvaguarda de los recursos naturales renovables y no renovables. La también llamada autosuficiencia energética y natural. Esta problemática como bien ha expuesto el actual gobierno federal se inscribe en la protección y potencialización de nuestra soberanía nacional. Sobre el tema se pueden hacer una serie de planteamientos y argumentaciones, todas ellas de alto nivel y rango de consideración. Una cosa que no debemos aceptar es seguir en esa ruta que el actual modo de producción le ha impuesto al planeta, su depredación y devastación, esto es un asunto nodal a mediano plazo de nuestro país. Esta es la relevancia del tema, así como entender que nuestras riquezas son a estas alturas de los tiempos, una cuestión de sobrevivencia y desarrollo sustentable.

*Doctor en Estudios Latinoamericanos por la UNAM. Docente-investigador en la Facultad de Filosofía de la UAQ.

[1] Braulio Carbajal, “En manos de minas canadienses, 60% del oro mexicano”, La Jornada, México, 7/III/2021.