“Las oficinas de Prensa se inventaron para no informar”: Rogelio Hernández López.
Ramón Martínez de Velasco
I
Donde hay un charlatán, debe haber un periodista.
Si se sigue esta regla, no es censura haber interrumpido la señal televisiva de la ‘rueda de prensa’ del energúmeno Donald Trump “atacando la integridad de la elección con datos y alegatos falsos”.
“Es prerrogativa de los medios decidir qué cubren y qué no”, y en ese caso “Trump fue interrumpido por acusar falsamente a los ciudadanos que contaban los votos de intentar robarse las elecciones”.
Interrumpieron, pues, “una sarta de mentiras”, una retahíla de ataques y provocaciones disfrazadas de ‘conferencia de prensa’, donde el mandatario gringo estiró la liga en cadena nacional.
La decisión editorial “fue aplaudida en las ‘redes sociales’, pues supone un combate a la desinformación y a la polarización de la ciudadanía”.
La decisión de cortar el mensaje de Trump se debió a que “no se basa en la realidad”, pero no sólo.
II
Muchos sabemos, nos damos cuenta, que un orate enloquecido es peligroso.
Muchos sabemos, nos damos cuenta, que ‘las mañaneras’ de Andrés Manuel López Obrador (Am-loser) son infames, un derroche de falsedades, un “torrente de teorías de la conspiración”, y que los medios de comunicación mexicanos son “cómplices y difunden las mentiras de las mañaneras”.
“Piénsenlo dos segundos. Los medios. Censurando al Poder. Porque miente”, escribió Carlos Bravo Regidor en El Universal (calificado como un “pasquín infame” por Am-loser, al igual que el diario Reforma).
Piénsenlo dos segundos. Los medios. Negándose a cubrir ‘las mañaneras’.
(“Si la televisión cortara al presidente de México cada que dijera una mentira, ‘la mañanera’ duraría menos que la sección del clima”, escribió Loret de Mola.)
Piénsenlo dos segundos. Quien ha hecho de la falta de respeto un modelo de conducta pública, reclama respeto a su investidura.
Un día sí y otro también, su repertorio es de suciedad.
Un día sí y otro también, el vejete destila vulgaridad arrabalera.
III
Am-loser y su fanaticada se pusieron del lado de la Comunicación (anti) Social.
Para estos weyes sí son de interés público las declaraciones de su Presidente.
Cortarlas sería censura e interrumpir el derecho a la información.
Cortarlas sería “una afrenta a la investidura presidencial”.
Para esta gentuza, ‘las mañaneras’ representan “un diálogo circular”.
Epílogo
Como se ve, donde hay un charlatán debe haber un periodista… que lo enfrente.
Piénsenlo dos segundos.
Debe estar conectado para enviar un comentario.