En Pocas Palabras
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INE: Democracia o controversia ante la revocación de mandato

El Instituto Nacional Electoral reportó la llegada de los primeros formatos impresos para la Revocación de Mandato. Imagen: Instituto Nacional Electoral.

Teresa E. Hernández-Bolaños

El reciente fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a la controversia constitucional presentada por el INE el pasado 7 de diciembre, ha puesto al INE, una vez más, en el ojo público. La Corte ha fallado en “contra” del INE, es decir, negó la medida cautelar solicitada por el INE, cuestión que lo “obliga” a realizar ajustes a su presupuesto, recientemente recortado por el Congreso, para cumplir con la ejecución de la revocación de mandato. Recordemos que el argumento del INE es que el presupuesto aprobado no es suficiente para realizar un ejercicio como la revocación de mandato, previsto para el próximo año. Al presentar el primer informe sobre la organización de la revocación de mandato, Lorenzo Córdova advirtió que si el ejercicio de revocación de mandato quedaba en entredicho no era responsabilidad del INE, y adelantó que, ante el recorte, la organización del ejercicio de revocación de mandato estaba en riesgo.

El fallo de la Suprema Corte de este miércoles es muy importante para la nación, en una coyuntura de apertura a la democracia participativa y los recortes presupuestales por parte de un gobierno austero, ante ello, apostar por la democracia no debería ser un dilema; lo que nos debe hacer pensar si el problema es sólo de presupuesto, si el INE realmente está velando por la democracia o está más preocupado por el presupuesto, interponer controversias o pelearse con el gobierno. No olvidemos que ésta no es la primera controversia presentada por el INE ante la SCJN, ni la primera negativa del Instituto para ejecutar instrumentos de participación ciudadana, propios de la democracia directa participativa. Los estira y afloja entre el INE y el gobierno por el presupuesto y por los instrumentos se remontan al primer recorte realizado en 2019 por parte del Congreso y a la evidente molestia que demostró el INE a la primer consulta popular, la de “enjuiciar a los expresidentes”, con la que el INE nunca estuvo de acuerdo.

La molestia del INE ante el más reciente fallo de la Suprema Corte, también parece contradictoria. Lorenzo Córdova había dicho días antes del fallo que el INE no bloquea la eventual revocación de mandato, por el contrario, busca garantizar el ejercicio pleno de los derechos políticos de la ciudadanía, por lo que ajustará su presupuesto, generando una bolsa de 1,503 mdp para ese ejercicio, monto que señaló como insuficiente. Y, si eso es verdad, entonces, ¿por qué presentar una controversia? Incluso ante el fallo el INE consideró que la decisión de la Suprema Corte no lo obliga a “realizar acción o tomar determinación alguna”, y no lo obliga porque al parecer, desde la perspectiva del INE la Suprema Corte sabe que la probabilidad de que la convocatoria se ejecute es casi “imposible”, porque la revocación es un hecho de realización “incierta”, dado que se requiere el 3% de firmas de la lista nominal vigente en la que participen todas las entidades federativas del país, que deberán solicitar la consulta de revocación.

La pregunta que queda en el aire es, si la Suprema Corte hubiera fallado a favor del INE desde la primera controversia y se le hubiera aprobado el presupuesto suficiente, acaso el INE no se desgastaría en controversias y por el contrario apoyaría los ejercicios democráticos de participación directa, propios de las democracias más avanzadas, y se empeñaría en educar a los ciudadanos para hacer uso de estos instrumentos de maneja juiciosa y oportuna. Porque lo que es claro es que la pasada consulta popular no fue un éxito y el INE tuvo su parte de responsabilidad. El nuevo instrumento de revocación está siendo muy manoseado políticamente, y el INE es responsable también. Al final, el pueblo no se termina de enterar que por primera vez en la historia los mexicanos pueden decidir sobre asuntos públicos, incluyendo el cambio de un presidente. Quizá lo que haga falta en México sea menos controversia y más educación política, quizá debemos seguir los pasos de Chile, quien tiene décadas usando estos instrumentos con muy buenos resultados.

Pero si está Ud. a favor o en contra de los estos instrumentos democráticos, si es el gobierno quien debe impulsarlos o no, si considera que el INE tiene o no razón, lo cierto es que lo que pasa en México debe ser asunto de todos los mexicanos, su participación política y su opinión es la más importante.