Análisis Desde nuestra América
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El futuro próximo

H. Congreso de la Unión México
Opinión. El futuro próximo
La próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, contará con un Congreso federal conformado, en su gran mayoría, por legisladores de las fuerzas políticas que la postularon: Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde, lo que permitirá aprobar reformas a la Constitución. Foto: Cámara de Diputados. H. Congreso de la Unión.

Oscar Wingartz Plata*

…en el congreso a los diputados no los conoce el pueblo sino que son amigos de los ministros y gobernadores y son muchas veces empleados del ejecutivo, así, el congreso acaba por no representar al pueblo, ni siquiera indirectamente se oye su voz; no ejerce su soberanía en los negocios judiciales porque no se juzga de acuerdo con las inspiraciones de ls conciencia, sino por medio de un fárrago de leyes que convierte el arte de abogado en una continua disputa en torno a una legislación laberíntica y envejecida. Abelardo Villegas.

En una entrega previa comentábamos algunos elementos sobre la nueva administración federal que entrará en funciones a partir del mes de octubre. Consideramos que es pertinente seguir reflexionando sobre ese asunto por múltiple razón, entre otras, por el significado y la trascendencia que tuvo la pasada elección presidencial, es decir, es la primera vez en la historia política del país, que un candidato obtiene esa impresionante cantidad de votos, no es cualquier cosa haber obtenido 36 millones de sufragios. Si lo pensamos con cuidado, es una votación que muestra la enorme aceptación que tuvo la propuesta y el proyecto de nación que está planteando el Movimiento de Regeneración Nacional, en la figura de la actual presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, aunque le pese a la desfondada oposición, por más que le busca no tiene respuestas, de cómo encarar una avasalladora simpatía y aceptación hacía MORENA.

Otra razón es el enorme compromiso que ha asumido el partido ganador. No sólo es la continuidad del proyecto iniciado por el presidente saliente, sino todo lo que implica dicha continuidad. Muchos pueden decir que eso no tiene mayor problema. El punto a destacar, es que precisamente hay de continuidades a continuidades. En esa lógica, se puede argumentar, “sólo es cuestión de seguir con la ruta marcada”, pero la ruta marcada no es lineal, no se agota en decir, seguimos por donde vamos, por una cuestión muy clara, el tiempo, las coyunturas, las problemáticas, en muchos sentidos, van marcando el rumbo de la continuidad. Sería un simplismo decir “ya se ganó, en consecuencia, vamos bien.” En este sentido, se debe decir, que las continuidades no son línea recta, implican análisis, estudio y trabajo riguroso de cómo va la continuidad, para no caer en el conformismo, en el apoltronamiento.

Un elemento más en esta dirección, se refiere a la historia reciente de nuestro país, tomemos como parámetro, los últimos tres sexenios, veremos que el asunto no es tan terso ni tan diáfano. Hay que preguntarnos con actitud serena ¿qué significado tuvieron para vida del país? Nos daremos cuenta que han sido, como si fuera un tobogán, con subidas y bajas abruptas, ásperas, con claroscuros fuera de toda proporción. Con un país enormemente convulsionado, sobre todo, en los gobiernos de Calderón y Peña, expuestos en muchos sentidos, por la manera en que se concibió y ejecutó el poder, concomitante con las prácticas económico-políticas, que llevaron a la población a una indigencia evidente, con el llamado modelo neoliberal. Por ahí podemos ir obtenido un mapa más preciso de la situación real del país en ese periodo.

Por ello, cuando el presidente López Obrador llega a Palacio Nacional, tiene que comenzar a remontar todo ese cúmulo de problemáticas, iniciando con el combate frontal contra la corrupción, con el paso del tiempo, con las revelaciones, los hechos expuestos, tanto en las mañaneras como en los diversos órganos de gobierno han denunciado, que el asunto realmente era abrumador, fuera de toda medida, vamos a decirlo con una frase coloquial, muy precisa: “el personal se servía con la cuchara grande”, ante esas evidencias, una primera reacción fue, por eso, todo estaba tan mal. Con esto se quiere decir que, asumir el gobierno de un país como México ha significado una cuesta arriba permanente, tratando de arreglar, corregir y encauzar la vida pública de la nación por otra ruta, teniendo en cuenta lo prometido.

Así, pues, uno lo puntos nodales que se deben tener siempre presentes es, la clara conciencia de lo propuesto, lo planteado; a partir de ello ir articulando el plan de gobierno. Los problemas, las carencias, las necesidades siguen siendo ingentes, están ahí, se ha avanzado en todo ello, pero todavía falta un tramo por recorrer. Una de las cuestiones que el presidente en su último informe de gobierno lo va a reiterar es que el país superó en 6 millones la pobreza extrema. Es un buen anuncio, pero, la indigencia sigue siendo un problema a resolver. La violencia, también es un problema agudo, se ha trabajo en ello, pero, no se puede decir que se ha abatido.

Los problemas de infraestructura seguirán siendo una asignatura en el futuro próximo, no son reclamos ni impertinencias, simplemente es parte del desarrollo de país que se debe atender. Un ejemplo, es lo que sucedió en el Valle de Chalco con las recientes inundaciones. Este evento ameritaría un reflexión más puntual y extensa por las implicaciones que tuvo y sigue teniendo. Una de ellas, fue la actitud demagógica, desaseada, abusiva por parte de Salinas de Gortari, al impulsar ahí esa farsa de programa llamado Solidaridad. No fue otra cosa, que un burdo uso politiquero para legitimarse en el poder, en el fondo no resolvió nada, y sí agudizó lo mismos. Uno de ellos fue la complejidad misma del asentamiento, no debemos olvidar que ese lugar es parte del Lago de Texcoco, en consecuencia, un lugar extremadamente precario para habitar, por el cauce natural del agua en todo momento. Esto es, el actual gobierno y el entrante han heredado una serie de problemáticas que deben resueltas por el bien de todos.

Como podemos ver, el futuro gobierno tiene en lo inmediato y mediato una serie de exigencias y necesidades, que van a marcar la pauta de su gobernanza. Es de absoluta evidencia que deseamos un gobierno exitoso y pleno, por una razón sencilla, si le va bien al gobierno, la va bien al pueblo, más, si tomamos en cuenta que MORENA lo ha proclamado a los cuatro vientos: “Por el bien de todos, primero los pobres”; y añadiríamos: “Por el bien de todos, impulsemos un gobierno probo”.

*Doctor en Estudios Latinoamericanos por la UNAM.