Desde nuestra América
Desde nuestra América

¿Dónde quedó la imaginación?

Imagen tomada de spot de la alianza “Va por México” (PAN-PRI-PRD).

Oscar Wingartz Plata*

Estamos parados en un punto de inflexión de la cultura en el que se vislumbra el debilitamiento del individualismo  y un cierto auge del interés por lo político. Este arco que va del “yo” al “nosotros” amplía la visión que nos dejó el neoliberalismo con el dogma de que éramos competidores solitarios, es decir, “animales económicos. Hay muchas áreas de nuestra cultura que no se pueden simplificar al costo-beneficio y eso es lo que parece que empieza a iluminarse. […] Para competir, hay que ser amoral y ocultar tus ventajas. Fabrizio Mejía.

El título de este artículo hace referencia a un asunto que parece no terminamos de entender o asimilar a cabalidad, me refiero a los procesos electorales, de cara a las próximas elecciones en junio. Un proceso complejo por el contexto en que nos encontramos. Esto nos plantea una serie de cuestionamientos y requerimientos de cara a esta coyuntura, como el reflexionar sobre las mismas. Se hace este planteamiento por un hecho evidentísimo, la forma, en que se han desarrollado las campañas son de una pobreza, de una indigencia, de miseria propositiva que da pavor. No se desea exagerar la nota o hacer “tremendismo”, simplemente, es cuestión de ver y escuchar la propaganda que se difunde. Es aquí donde inician las preguntas y los cuestionamientos en esta materia. Se retoma este punto, por un asunto que debemos tener claro, no repetir, superar esas prácticas por el bien de la población en su conjunto.

Haciendo un repaso general de la propaganda electoral en su conjunto, una pregunta que se impone es: ¿quién o quiénes la diseñan? ¿Realmente se busca ser propositivos, juiciosos, rectos? ¿Hay una idea mínima de lo propio y lo ajeno? Esto quiere decir, ¿se está en la disposición de hacer una campaña donde los diversos partidos y sus agentes muestren un mínimo de probidad? Creo que no, si fuera así, ello nos debería llevar a un debate de altura y sentido real de lo público. Como se ha mencionado, parece exactamente lo contrario, esto es, cada partido le tira a lo suyo, sin importar lo demás y los demás. Esto es altamente preocupante. Como se decía, estas elecciones están inmersas en un contexto que debe ser sopesado con actitud juiciosa y serena.

Estas elecciones, también llamadas “intermedias” llegan en un clima enrarecido por los enconos, oposiciones, descalificaciones, insultos y denostaciones hacia el gobierno federal por “considerarlo ineficaz”. Es aquí donde vienen una serie de ideas que nos permitan dar una claridad mayor sobre el asunto. En todo esto, hay una cuestión que no debemos olvidar, y debemos tener presente, el gobierno federal encabezado por el Presidente López Obrador recibió un país en ruinas, en esto hay que ser enfáticos, un país que estaba haciendo agua por todos los costados. No son exageraciones lo que se está diciendo. Venía de una serie de decisiones y hechos en extremo cuestionables, muchas de ellas han salido a la luz pública. Ante un panorama tan desolador, la primera tarea fue sanear la administración pública, con todo lo que ello ha implicado. Un quehacer arduo, complejo y desgastante. No hay día en que salga una noticia refiriéndose a la situación heredada de la administración federal pasada.

Por otro lado, está un hecho incontrovertible, el escaso análisis ponderado sobre la situación del país. Como pocas veces en la historia del mundo, se ha tenido que enfrentar un fenómeno que ha roto todos los márgenes de respuesta, la pandemia que estamos viviendo y padeciendo. Esta contingencia, en términos estrictos ha consumido muchas de las reservas físicas, económicas, emocionales, sociales; ello ha llevado a buscar respuestas en diverso nivel y profundidad. Sería una falta de sentido común decir que este fenómeno se podía superar en un espacio de tiempo corto, y sin tanto sobresalto. Pretender hacer esas aseveraciones, considero tiene poco asidero, por una razón muy clara, esta enfermedad ha tenido y tiene características específicas que ha implicado desde la dimensión científica aplicarse con enorme celeridad para buscar una cura que signifique su superación.

Se hacen estas referencias, porque mucha de la propaganda electoral apunta en esa dirección, pretender denostar la respuesta del gobierno federal en este caso concreto. Así mismo, la crítica de la oposición enfila sus baterías, diciendo que la administración pública federal actual es de ocurrencias e indefiniciones, eso en un sentido muy concreto, no tiene claridad. Nuestra historia reciente, y no tan reciente, nos da la respuesta ante tales aseveraciones por parte de la oposición. Sólo es cuestión de hacer un recuento mínimo de los últimos 18 años de gobierno en México, y ahí veremos, de dónde viene mucho de lo que estamos padeciendo.

La denostación, la crítica acre, la descalificación en sí misma muestra pobreza, porque no es suficiente en sí misma, debe estar acompaña por la propuesta, la salida, la solución. Si las cosas se resolvieran con la sola crítica, pues, tendríamos la respuesta a todas nuestras necesidades, pero no es así. Aquí hay un punto clave en estas consideraciones, el actual gobierno federal ha puesto sobre la mesa un asunto que pocos ha querido ver, o simplemente, lo han desechado por considerarlo improcedente, ir quitando del horizonte socio-político ciertas prácticas y visiones que se habían constituido en “cultura”, caso concreto, limpiar la vida pública de la corrupción, de la simulación, de prácticas que habían dañado seriamente el tejido social y la misma administración pública.

Así, pues, el asunto al que se nos convoca es superar y proyectar una idea de país, de nación, donde los sujetos públicos y sociales sean portadores de actitudes probas, íntegras y honestas. No estar reiterando una idea de sociedad que ha lesionado profundamente a nuestro país. Por ello es indispensable que los partidos estén a la altura de la contienda, y no actúen de manera simulada y facciosa. Así, pues, vayamos a la construcción de un país nuevo y renovado.

*Doctor en Estudios Latinoamericanos por la UNAM. Docente-investigador en la Facultad de Filosofía de la UAQ.