Oscar Wingartz Plata*
Los seres humanos necesitan bienestar. Nadie puede ser feliz sin trabajo, alimentación, salud, vivienda o cualquier otro satisfactor básico. […] Pero el sentido de la vida no debe reducirse únicamente a la obtención de lo material, a lo que poseemos o acumulamos. Una persona sin apego a un código de principios no necesariamente logra la felicidad. En algunos casos, triunfar a toda costa y en forma inescrupulosa conduce a una vida vacía y deshumanizada. De ahí que deberá buscarse siempre el equilibrio entre lo material y lo espiritual: procurar que a nadie le falte lo indispensable para la subsistencia y cultivar los mejores sentimientos y actitudes hacia nuestros semejantes. Andrés Manuel López Obrador.
Ha concluido una etapa muy intensa en la vida pública de México. Ha concluido la gestión de Andrés Manuel López Obrador al frente del ejecutivo federal con una inmensidad de ideas, análisis y reflexiones por desarrollar en el futuro. El tiempo dictará el sentido de la valoración sobre el sexenio que acaba de concluir. Es evidente que el paso del expresidente por la presidencia de República ha sido paradigmático en muchos sentidos, unos lo admiran, lo alaban y le profesan una adhesión plena; otros exactamente lo contrario, éstos, la oposición, mucho antes de que llegará a palacio nacional, lo consideraron “un peligro para México”. Todo esto en un larguísimo periplo del tabasqueño desde el inicio de sus afanes de reivindicación social hace más de treinta años, en su natal Chontalpa. Esto enmarcado en cúmulo de avatares, oposiciones y repliegues ante una férrea, tozuda y contumaz negación por parte de sus adversarios, que veían en él, un proyecto político-social “peligroso” para el país, esos mismos personajes lo consideraban como suyo, el país, como tantas veces lo mención el expresidente López Obrador.
Se debe decir en una primera aproximación que, muchas de las iniciativas, los proyectos, las acciones de gobierno, no iniciaron cuando llegó al poder. Fueron parte de una serie de aspiraciones, compromisos, anhelos y esperanzas que la fue incubando en su mente, en su vida, en su trayectoria de luchador social. Un asunto que debemos tomar en cuenta con absoluta honestidad es, que ha sido el único presidente de la República que conoció todos municipios del país. Este dato es en sí mismo, sin exageraciones, impresionante. Porque le dio la posibilidad de visualizar y tener una idea clara sobre las necesidades de la gente, y algo muy importante, sobre lo que se debía o podía cambiar. No todo es posible en un periodo tan corto, como un sexenio.
Decíamos que muchos lo repudiaron y lo repudian por ser él. Su persona, su personalidad, su carácter, su talante intenso, tenaz, tozudo. Como él mismo lo decía: “soy muy terco”. Efectivamente, para hacer lo que hizo, hay que estar forjado en la lucha social en serio, en el día a día, padeciendo, sufriendo y levantándose de muchas adversidades, pero nunca claudicando. Aunado a esto, lleno de una sensibilidad, de una vivencia profunda del pueblo, de los de abajo; no se pretende ser alabanzas desproporcionadas, simplemente, se está retomando lo que día con día hacía, buscar la cercanía con las comunidades, con los pueblos, con los de abajo, con los pobres, con todo mundo; y algo que pocos le han visto, una profunda mística de trabajo, de compromiso, de entrega; la trascendencia de un andar que lo fue curtiendo desde Tabasco. Aquí repetimos una frase que en muchos sentidos lo definen: “Fui aflojado en terracería”. Esto quiere decir, que muchos de su talante y su fuerza, lo forjaron los de abajo.
Cada quien puede y debe hace su propia valoración sobre este personaje, que en muchos sentidos cambió la forma de gobernar. Consideramos que nunca se chiquiteó el esfuerzo, la entrega y anhelo de hacer las cosas de otra manera, pensando siempre, por el bien de todos, como también decía su consigna clave de su gobierno: “por el bien de todos, primero los pobres”. Ha sido una trayectoria al frente del ejecutivo federal con una tenacidad extrema, impulsando desde el primer día, los programas sociales, que, a su vez, muchos de ellos, ya se habían ensayado a menor escala en la Ciudad de México, cuando fue jefe de gobierno, la pensión a los adultos mayores fue uno de ellos, después se continuaron más. Este programa hecho programa federal le dieron una posibilidad extra a la población, para palear en algo muchas de sus necesidades, y los adultos mayores se lo agradecen, no como dádiva o limosna, si no como un derecho que tienen por tantos años de esfuerzos, luchas, sinsabores y obstáculos que la vida les puso en ese andar por la tierra. Se deben tener sentimientos humanos profundos para hacer lo que hizo.
En términos políticos, su legado va a trascender por mucho tiempo. No se está afirmando que van a hacer exactamente lo mismo, los gobernantes por venir, cada uno le va a imprimir su propio sello, pero el espíritu, la idea, la concepción de esta nueva forma de gobernar será un referente hacia adelante. En este orden, mucha gente ha criticado acremente a Claudia Sheinbaum al considerar que va a ser exactamente lo mismo que él hizo, pero, no es así, por una razón evidente, el tiempo, los contextos, las coyunturas van a ser otras, ante eso se debe actuar, con sus matices, sus exigencias, sus nuevas formas. También hay que decir que, hizo mucho en tan poco tiempo. Hubiera deseado desarrollar más proyectos, pero hasta donde llegó dejó y dejará una huella muy fuerte y contundente de la tenacidad en el ejercicio del poder, teniendo como eje los de abajo, y de ahí para arriba.
Como se puede ver, hay un espacio muy rico e intenso para la reflexión sobre el sexenio que ha terminado, con sus luces y sus sombras. Dependerá, de todos nosotros, autoridades y pueblo, hacer el balance, el análisis, la comprensión de este periodo histórico de nuestro país. Aquí hay un elemento de debemos proponer, la gente de este tiempo hemos tenido la experiencia histórica de vivirlo de primera mano, guardando las proporciones y sin exagerar la nota se puede afirmar que hemos vivido un tiempo muy parecido al de expresidente Lázaro Cárdenas con sus cambios y transformaciones. Finalmente, se cierra esta etapa histórica, donde el elemento central, desde esta consideración, fue trastocar y cambiar muchas de las formas de gobierno, empezando por hacerle justicia a los más pobres. Les tocará a los gobiernos venideros, si ese esfuerzo, ese afán tendrá su florecimiento y su maduración en un futuro próximo. ¡¡Hasta siempre Presidente Andrés Manuel López Obrador!!
*Doctor en Estudios Latinoamericanos por la UNAM.
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