
Oscar Wingartz Plata*
En nombre de la libertad, la democracia y los derechos humanos, EU inició guerras y golpes de Estado que en realidad fueron guerras imperiales y coloniales. El expansionismo estadounidense lanzando bombas de napalm sobre Vietnam o devastando Irak bajo el pretexto de combatir el terrorismo, son imágenes que el mundo no debe olvidar, como tampoco debe olvidar que ese imperio no es invencible: la victoria del pueblo cubano en Playa Girón es una bandera antimperialista y anticolonialista. Raúl Romero.
A pesar de las palabras de la presidenta Sheinbaum en el sentido de tener calma ante las amenazas reiteradas de Donald Trump sobre la aplicación de un 25% de arancel a los productos mexicanos, que no lo ha hecho todavía, pero sigue el amago. En un sentido muy concreto nos debe llevar a una serie de planteamientos y reflexiones de primer orden, porque, evidentemente no se puede entrar en un diálogo constructivo, si de por medio va la amenaza, el chantaje o la imposición. Ante ese escenario, el gobierno mexicano y la América Latina en su conjunto deben reaccionar con enorme cautela y ponderación, porque no se está en un contexto que facilite el intercambio de ideas y planteamientos en pie de igualdad.
El hecho de adelantar que se iba entrar en una nueva fase “de relación” con el gobierno norteamericano puso en alerta al continente, como se dice coloquialmente “jaló parejo”. Ni si quiera se salvó de las amenazas Canadá, que se supone es el socio más fiable que el resto de los países latinoamericanos. Esto es, atacó frontalmente a todo lo que considera dañino, pernicioso o nocivo para su país, aunque sólo sean suposiciones calenturientas o actitudes de mala fe por parte del inquilino de la Casa Blanca. Aquí está una de las aristas más complejas y peligrosas, construirse una narrativa a modo, que justifique sus decisiones, a pesar de que sean falsedades y mentiras flagrantes. Como la tontería que dijo –por no extremar la adjetivación– en uno de los debates con la vicepresidenta Kamala Harris, al afirmar que los migrantes comían perros y gatos. Simple y sencillamente fuera de toda proporción y de sanidad mental.
Ante este panorama, se han levantado diversas voces sobre la situación que prevalece con la llegada de Trump por segunda ocasión al gobierno. Para algunos, viene corregido y aumentado, no es exagerado decir eso, por una cuestión que se comienza a plantear, la urgente necesidad que tiene la plutocracia norteamericana de apuntalar su poderío ante un mundo que paulatinamente los empieza a desafiar. Su poder global, se fue generando en la segunda mitad del siglo XIX y se consolidó en el siglo XX, al marcar la pauta económico, política e ideológica al término de la Segunda Guerra Mundial, donde se establecieron “los códigos” de relación y trato con la nación consideraba ganadora de esa conflagración, así como el impresionante costo que tuvo para los directamente involucrados, Europa y sus aliados, y lo que significó en su momento para la ex Unión Soviética. Es decir, ese mundo ordenado y regido por su poder, entre otros aspectos, como el haber impuesto el dólar como moneda reguladora de la economía mundial, los puso en una situación de predominio, pero como todo en este mundo, tiene sus límites y vigencia; han aparecido en la escena el llamado Grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), cuyo propósito es constituirse en una alternativa a los países altamente industrializados, con ello, reducir la influencia y el poder del dólar, así como crear un orden financiero menos voraz y más equilibrado. Esta sería una de las dimensiones a considerar en “la relación” con el gobierno del norte.

Otro asunto a destacar es ¿cómo lidiar con un sujeto que trae una consigna clavada en su proceder? Regresarle su poderío a Estados Unidos en un mundo que claramente se está mostrando más competitivo. Donde las relaciones de poder no son las de hace 40 años, por poner un punto de referencia. Ya no es el mundo de los imperialismos y las aventuras de colonización de carácter extractivo y depredador. Hay países que ya pueden disputarle ese poderío como China, Rusia, e incluso India, con todo y sus fuertes contradicciones. Es ahí donde la ecuación se pone extremadamente compleja, por su actitud errática y altanera, ya que no se maneja por normas y reglas de buen trato y relación.
Aunado a estas consideraciones, hay otro elemento que tiene una fuerte influencia, la consideración que le merecen todos aquellos pueblos que no los considera como iguales, caso concreto, nuestra América Latina, al seguirla considerando de “su propiedad”. En este punto se debe reiterar que la relación con Estados Unidos siempre ha sido muy conflictiva, el pretender suavizarla, no le quita su gravedad e inestabilidad. El hecho mismo de que nuestros paisanos levante la voz, diciendo que no son ilegales en una tierra que nos fue robada, tiene un enorme peso, fuerza y significado. Porque fue así. Nos robaron nuestro territorio.
Un punto de enorme peso es ¿quiénes lo acompañan en su gobierno? ¿quiénes conforman parte de su gabinete? Los acaudalados, los millonarios, los magnates de diversas ramas de la industria y la tecnología, entre otros, los dueños de los grandes medios cibernéticos y de comunicaciones. En este orden, la pregunta es: ¿qué se puede esperar de un conjunto de sujetos que su asunto es controlar la información y la industria en diverso rubro y reproducir su capital hasta el infinito? Los de abajo tiene poco o nada que decir. Estamos ante una complejidad, donde el margen de maniobra no se ve muy ancho para los países que no están en esa órbita.
Una última consideración, el gobierno de México, no la tiene tan fácil ni tersa. Va a ser una labor ardua, agobiante, el tratar con un gobierno que tiene puesta en la frente una consigna muy pesada, seguir siendo los número uno, a cualquier precio. Eso es lo de menos. Como dice el epígrafe propuesto de Raúl Romero, si han sido capaces de hacer atrocidades por todo el mundo durante décadas, eso no es problema. Lo que es absolutamente contradictorio, es que se vayan contra los migrantes, cuando son ellos, nuestros paisanos y miles de latinoamericanos, que les dan de comer y los sirven en todo. Aquí vemos que “su razonamiento” tiene fuertes oscilaciones y contradicciones, que demagógicamente las utilizan para amedrentar y manipular el proceder de nuestro continente ante sus necedades.
*Doctor en Estudios Latinoamericanos por la UNAM.
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