Querétaro
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La violencia contra alumnas sacude a la Autónoma de Querétaro

El reportaje sobre el paro estudiantil en la UAQ, difundido en la edición 2397 de la Revista Proceso.
  • En su edición de esta semana la Revista Proceso da cuenta del paro estudiantil, derivado del hartazgo en contra del acoso y violencia de género, sin que la Rectora y la Unidad de Atención de Violencia de Género —a decir de los y las inconformes— garanticen la protección de las víctimas ni la sanción a los responsables.

Redacción

La Revista Proceso consignó la toma de instalaciones en la Universidad Autónoma de Querétaro, en su edición impresa número 2397 en circulación esta semana.

El texto es acompañado con una fotografía donde se ve a una estudiante colocar una pancarta, de varias que ya hay en el enrejado de la UAQ.

“Rectora Tere, no sea indiferente se acosan las mujeres en la cara de su gente” se lee en la pancarta.

En otra cartulina fue escrito: “su ‘protocolo’ no asegura que no me maten”.

Proceso relata cómo detonó el problema en la UAQ, que ha derivado en uno de los movimientos más importantes en décadas por parte de la comunidad estudiantil.

Además refiere el caso “Medellín”, uno de los asuntos graves en la Universidad donde fue denunciado un profesor por intento de violación.

Aunque la rectora reconoció que en ese caso por lo menos se había incurrido en abusos deshonestos, admitió que terminaron pagándole varios millones de pesos al agresor de la alumna.

En entrevista con Proceso la Rectora señaló a la administración de su antecesor como la responsable de perder el caso pero admitió que en su administración erraron al presentar un amparo fuera de los tiempos establecidos.

“Sí, yo lo asumo, se cometió un error temporal por la forma en que se presentó la notificación al abogado, en ese momento…”.

Proceso cita un documento, entregado a Rectoría el 24 de septiembre de 2019, donde el anterior abogado de la UAQ, Oscar Guerra Becerra, evidencia el error en la administración de García Gasca.

“De 4 amparos que se promovieron durante el juicio, los 3 primeros los ganó la UAQ. El cuarto, como ya se dijo, no se admitió por haberse interpuesto de manera extemporánea”.

A continuación un fragmento del texto que difunde Proceso:

Eric Pacheco

Querétaro, Qro.- “¡Rectora Tere, no sea indiferente, se acosa a las mujeres en la cara de la gente”; “¡Educación no sexista, afuera los machistas!”; “¡La UAQ no me cuida, me cuidan mis amigas!”, gritaron mujeres estudiantes de la Universidad Autónoma de Querétaro desde la tarde del 29 de septiembre, hartas del acoso y la violencia de género que las llevaron a tomar las instalaciones de la institución.

Esta casa de estudios solo había tenido dos movimientos estudiantiles de envergadura: en 1958, con la exigencia de la autonomía, y en los ochenta, cuando los estudiantes se solidarizaron con el movimiento de la Normal estatal.

Este 2022, el movimiento comenzó en el centro universitario, pero se fue extendiendo a otros campus hasta que toda la comunidad estudiantil, formada por más de 27 mil alumnos y alumnas, pararon clases presenciales y virtuales.

En las facultades, las alumnas manifestaron su rabia por primera vez contra la violencia de género mediante pintas en las paredes de los inmuebles, en las que expresaron que no se sienten seguras, cuestionaron la actuación de las autoridades universitarias y exhibieron los nombres de sus agresores.

Este movimiento de la comunidad estudiantil detonó por el caso de una estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, que había denunciado acoso de uno de sus compañeros ante la Unidad de Atención de Violencia de Género (Uavig) de la universidad, donde sólo optaron por cambiar de turno a su agresor, pese a tener indicios incluso de que el estudiante suele portar armas.

La directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Marcela Ávila Eggleton, expuso el caso, la mañana del 29 de septiembre, ante el Consejo Universitario, máximo órgano de la institución educativa, tras enterarse que la Uavig pretendía cerrar la carpeta de investigación de la alumna.

“Tuvimos que optar por ponerle escolta a la estudiante, lo cual me parece gravísimo. Pero no solo eso: ese estudiante, presunto agresor, sigue rondando los espacios en los que está la estudiante, en ocasiones visiblemente bajo el influjo de algunas sustancias. No podemos corroborar que esté armado, pero hay diferentes denuncias de que sí lo está y el día de ayer ya agredió verbalmente al personal de la facultad que está cuidando a esta estudiante”, relató.

Ávila también reveló que antes de denunciar el hecho había solicitado información a la Uavig para saber si impondrían una restricción adicional para proteger a la joven, pero se le respondió que, por cuestiones de privacidad, no le podían dar información.

“Sabemos que el protocolo es una herramienta valiosa, pero nos preocupa de sobremanera que estemos poniendo el protocolo sobre las víctimas. Sabemos que hay un camino importante por andar, pero lo cierto es que no es el único caso de actos, de ya un importante grado de violencia. Ha estado escalando el tema de violencia en algunos espacios universitarios”, expresó.

La propia directora de Ciencias Políticas añadió que el caso de la alumna, que ahora estudia de forma virtual ante la incapacidad de brindarle seguridad por parte de la UAQ, no es el único, pues muchos casos no son denunciados y no se abren las carpetas correspondientes ante la Uavig:

“No es el único caso. Hay otros casos en los cuales las y los estudiantes se rehúsan a denunciar por dos razones muy claras: la primera, por miedo, lo cual por supuesto que lo entendemos, y la segunda, porque dicen que los procesos no se resuelven de manera satisfactoria y que al final los dejan en una situación vulnerable”.

Pese a que la estudiante denunció en julio de 2021 –según Ávila-Eggleton– también ante la Uavig, que depende directamente de la Rectoría, la rectora Margarita Teresa de Jesús García Gasca dijo en esa reunión que no estaba enterada del asunto: “Gracias doctora Marcela. No me había hecho usted conocimiento de ninguno de estos dos temas, pero con todo gusto lo abordamos a la brevedad, a la de ya, para poder resolver ambas cosas”.

Apoyos, rechazos y justificaciones

El paro fue respaldado por varias feministas, como Carmen Consolación González Loyola, Blanca Gutiérrez Grageda y Marlene Martin Rico, mientras que otras activistas, como Maricruz Ocampo Guerrero, manifestaron su abierto apoyo a la rectora y se refirieron a las paristas como “un puñado” de estudiantes. Otras guardan silencio.

Desde la cuenta Facultades Unidas UAQ, las estudiantes que representan a las alumnas y los alumnos de la universidad prepararon un pliego petitorio que planearon dar a conocer el 8 de octubre.

A pesar de que no han recibido un respaldo unánime, las estudiantes agradecieron el respaldo de la sociedad de Querétaro en su lucha contra la violencia de género y cuestionaron el manejo de la información respectiva en algunos medios de comunicación donde se criticaron las pintas con las que manifestaron su hartazgo.

La comunidad estudiantil también rechaza las presiones de las autoridades universitarias y medios de comunicación para que levanten el paro, pese a que insistieron en que la elaboración de su pliego petitorio requiere tiempo y cuidado.

En entrevista con Proceso, la rectora García Gasca dice que no se ha avanzado más en las medidas de protección porque “la víctima no estaba todavía en condiciones de continuar con el proceso hacia adelante”, aún con el acompañamiento de la Uavig.

Pero tres días después de que estudiantes tomaron las instalaciones, la rectora de la UAQ anunció que habían decidido suspender por un año al presunto acosador de la joven. “Es el alcance que nosotros tenemos como autoridades de primera respuesta”, dijo en rueda de prensa el lunes 3.

Sin embargo, la parte estudiantil en paro no se ha conformado con esa sanción, sino que aspira a que la institución le garantice efectivamente espacios libres de violencia y a obtener justicia en “incontables” casos, como los denominó una joven de la comunidad universitaria en un pronunciamiento la noche del 30 de septiembre.

“Rectora! Usted también es parte del problema”; “Universidad de Acosadores de Querétaro”; “Queremos sentirnos segurxs”; “Queremos cambios y acciones, no solo palabras”; “Estamos hartos de su impunidad a acosadores”; “La UAQ prefiere proteger a los agresores y no a las víctimas”; “Que mi preocupación sea pasar cálculo, no los acosadores de mi escuela”, se leía en decenas de pancartas.

En breve, aquí podrás acceder al enlace de la nota de Revista Proceso, que ya puedes adquirir en tu puesto de revistas.