Desde nuestra América
Desde nuestra América

¿Estados Unidos en declive?

Oscar Wingartz Plata*

Algunos cautelosos analistas predicen una guerra civil. Al menos, una crisis interna muy seria está tomando forma. Se ha hablado mucho del declive de Estados Unidos y hasta cierto punto es real, y su factor principal es intrínseco. Si lo vemos profundamente mucho del deterioro social interno es resultado del impacto brutal de los programas neoliberales de los pasados 40 años. Es suficientemente malo que Hungría vaya a la deriva hacia un nacionalismo protofascista cristiano, pero cuando le pasa al Estado más poderoso en la historia del mundo, las implicaciones son ominosas. Noam Chomsky.

Los últimos eventos a nivel mundial han puesto sobre la mesa una serie de hechos que hacen ver al planeta en una tesitura muy compleja. No son exageraciones lo que se está afirmando, por un dato que es evidente, hoy más que nunca, el mundo se ha globalizado, esto quiere decir que los conflictos en cualquier nivel por necesidad implican a todos, en mayor o menor medida. Unos por su participación directa, otros, por las repercusiones colaterales. La forma de involucramiento está en relación directa con el costo-beneficio que se pueda obtener de evento en cuanto tal. Esto se puede se constatar con la reciente visita del presidente Biden a Europa, al implementar un leguaje incendiario y provocador, como si fuera un pendenciero de barriada, al asumir una serie de decisiones que muestran un panorama incierto y preocupante. Eso nos hace pensar en “el liderazgo” de ese país, y sus posibles consecuencias.

Para muchos analistas es claro que el país del norte ha entrado en un declive pronunciado, entre otras cuestiones, porque paulatinamente ha ido perdiendo presencia, fuerza y protagonismo por sus propios procederes, éstos han oscilado entre acciones encubiertas hasta actuaciones abiertas, como su presencia en el Golfo Pérsico y la reciente retirada de Afganistán, sin contar, todas y cada una de “las participaciones” que han tenido en nuestra América Latina. Es decir, Estados Unidos ha ido perdiendo espacio de cara a las potencias emergentes como China, India, incluido Rusia, esto ha significado un llamado severo y claro sobre la reconfiguración geopolítica del planeta, donde ellos se sienten actores de primera línea. Esta reconfiguración está tocando fibras en extremo sensibles, porque apela a un conjunto de esferas de lo más delicadas, sólo por mencionar tres: los recursos del planeta, el reordenamiento productivo, vía la recomposición de la fuerza de trabajo, y el uso desorbitado de la informática como la materia clave del futuro.

Estos son algunos de los elementos centrales de un mundo que se debate entre un pasado que busca afanosamente una salida a sus problemas más inminentes como el alimento, la vivienda y mejores condiciones de vida; contra otro, que paulatinamente va despojando a ingentes contingentes del globo de las mínimas condiciones de vida, como es el desplazamiento de cientos de miles de seres humanos que se ubican en los márgenes de la existencia.

Retomando al autor del epígrafe propuesto, el Dr. Noam Chomsky, exdocente del Instituto Tecnológico de Massachusetts, actualmente trabaja en la Universidad de Arizona, ha sido un acérrimo crítico de la política de su país al dejar establecidas algunas ideas sobre sus acciones a nivel internacional, así como domésticas. Una de ellas es la valoración que hace sobre las políticas sociales implementadas en el periodo neoliberal, entre otras, el despojo de miles de familias, que literalmente se quedaron sin su patrimonio con la llamada crisis inmobiliaria en el 2009 al inicio del mandato de Barak Obama, que se extendió a lo largo de su gobierno. Aunado a esto, las profundas contradicciones que está viviendo ese país.

No hay que pensar que todo es bonito, ordenado y pulcro, tienen problemas en extremo complejos que repercuten en sus vidas, como la carestía y la inflación que están padeciendo por el alza de los combustibles, hasta el punto que muchos consumidores en la franja fronteriza vienen a abastecerse de gasolina a México, y algo pocas veces visto, echar mano de sus reservar estratégicas, para evitar que se les dispare la inflación. Más, siendo una sociedad extremadamente dilapidadora en recursos y servicios. Si ponemos en contexto estas realidades es evidente que los problemas se agudizan de forma preocupante.

Aquí cabría una idea muy clara, ese país se mueve a partir de una autocomprensión del mundo y las relaciones en diversa escala. Por cierto, la han ido moldeando a su imagen y semejanza, es decir, lo que no entre en esa autoconcepción es desechada o atacada, los casos los tenemos por docenas. Ahí podemos ver cuáles son esas “líneas maestras de su actuación”. Ya hace unas décadas una de las grandes construcciones teóricas producidas por nuestros intelectuales latinoamericanos conocida como el “Subdesarrollo y Dependencia” intentaba dar cuenta de esa forma de “organizar el mundo”, el eje central de dicha teorización era que, no podía existir un Estados Unidos sin una periferia que le suministrara los insumos humanos y materiales para su propio desarrollo y consolidación tecnológica, científica, productiva, ideológica y comercial.

Todo ello era parte medular de la reproducción a escala ampliada del modo de producción capitalista llevado a su máximo despliegue. Donde los recursos materiales constituían el ingrediente que “aceitaba la maquinaria y su buen funcionamiento”, pero el punto es que, esos recursos paulatinamente han entrado en una crisis irreversible, y con ello, la imposibilidad de revertir esa realidad. El agotamiento de los mismos, hace que la reconfiguración del planeta haga más complejo el funcionamiento del modelo, y de ahí a la crisis del sistema todo.

*Doctor en Estudios Latinoamericanos Por la UNAM.