Teresa E. Hernández-Bolaños
Con la frase “Conéctate al Debate de la Reforma Eléctrica” la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados lanzó, el pasado miércoles 5 de enero, una convocatoria para que especialistas, empresarios, activistas y otros sectores interesados en el debate participen en el parlamento abierto en materia de reforma eléctrica. La convocatoria invita a participar en 19 foros de parlamento abierto en torno a la Reforma Eléctrica. Los foros se llevarán a cabo del 17 de enero al 15 de febrero; y se ha dicho que a la inauguración de los foros se invitará a los gobernadores y la jefa de gobernó de la Ciudad de México.
Pero, qué significa o en qué cosiste este ejercicio democrático. Lo primero que hay que señalar es que la figura del parlamento abierto es una institución jurídica-política que tiene su origen en la Alianza para el Gobierno Abierto (AGM) del 2009 en América Latina, a la que México pertenece. En 2011 México adoptó los lineamientos y compromisos para cumplir con los objetivos del Gobierno Abierto y Desarrollo Sustentable. En el año 2014 se constituyó en México la “Alianza para el Parlamento Abierto”, donde la Cámara de Diputados y la de Senadores junto con doce organizaciones civiles, y el órgano garante del derecho de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (INAI), firmaron la “Declaración de Lanzamiento para el Parlamento Abierto en México”, por lo que es un instrumento relativamente nuevo. El parlamento abierto se refiere a las acciones que se realizan desde el poder legislativo, orientadas a habilitar espacios para escuchar a la ciudadanía respecto a las decisiones que deben ser tomadas por el Congreso. Este ejercicio implica transparentar la información, la rendición de cuentas y la participación ciudadana.
Ahora bien, para qué convocar a un parlamento abierto para debatir la Reforma Eléctrica que aún está en el tintero, qué impacto puede tener realizar un parlamento abierto para su aprobación. Evidentemente la convocatoria y la ejecución de los foros en el marco del parlamento abierto no es un ejercicio inocente. Esta convocatoria se da en un contexto complejo para la iniciativa del presidente, no olvidemos que la iniciativa de la Reforma Eléctrica ingresó al Congreso en octubre del año pasado, encontró oposición del PAN y el PRD, pero no del PRI, quien se negó a rechazarla o aprobarla aún con la presión de sus dos aliados de Va por México. Así que aún están en juego los votos del PRI para su aprobación. Recordemos que, en la Cámara de Diputados se requieren 331 votos a favor, MORENA y sus aliados solo poseen 278, los 53 votos que faltan para la mayoría calificada sólo podrían llegar del PRI, quien cuenta con 71 votos. En la Cámara de Senadores se requieren 86 votos a favor, MORENA y aliados cuenta con 76, los 10 votos faltantes también tendrían que salir del PRI quien tiene 12 votos.
Desde noviembre del año pasado el PRI se negó a dar una respuesta rápida a pesar de las presiones políticas, y prolongó su decisión, condicionó su voto para que la discusión y votación se realice hasta después de las elecciones del 5 de junio de este año. De esa manera el PRI ha jugado sus cartas y se ha negado a insinuar cuál va a ser su postura respecto a la reforma constitucional que impactará a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a la Ley de la Industria Eléctrica aprobada en marzo del año pasado, y a la propia reforma energética vigente de Peña Nieto, quien modificó varios artículos de la Constitución en 2013 para hacerla posible.
Todo indica que la convocatoria a un parlamento abierto en materia de reforma eléctrica tiene como objetivo destrabar la reforma y convencer al PRI, pero también hay que señalar que el uso de estos instrumentos democráticos es fundamental para la toma de decisiones con la participación ciudadana en un contexto más democrático, o Ud., qué opina.
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