Querétaro
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Un aerogenerador que gira poco en Querétaro

El aerogenerador instalado en la azotea del edificio de Rectoría de la UAQ. Foto: Libertad de Palabra.
  • La inversión fue de 1 millón 800 mil pesos, pero 6 meses después nadie sabe la energía que ha generado.

Redacción

Querétaro, Qro.- En julio de 2015 la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) difundió en un boletín oficial la instalación de un aerogenerador que, supuestamente, abastecería el 50% de la energía eléctrica que requiere el edificio de Rectoría.

Se trata del aerogenerador más grande del país construido por mexicanos, según dijo el Dr. Juan Carlos Jáuregui Correa, responsable de la iniciativa, sobre esa máquina que después de 6 meses pasa gran parte del día sin movimiento, en la azotea de Rectoría de la UAQ donde fue instalado.

“… estudiantes y profesores de la Facultad de Ingeniería (FI) crearon un aerogenerador que en una primera etapa abastecerá el 50 por ciento de la energía eléctrica que requiere el edifico de Rectoría”, difundió la institución educativa en el boletín 2735.

¿Cuánta energía ha generado el aerogenerador instalado en la azotea de rectoría de la Universidad Autónoma de Querétaro?

¿Cuántas horas del día ha girado y cuántas ha permanecido sin movimiento?

Después de 6 meses nadie cuenta aún con esa información.

— El objetivo de abastecer el 50% de la energía del edificio de Rectoría, ¿está cumpliéndose?, preguntó Libertad de Palabra al responsable de la iniciativa.

— Eh, sí, sí se logra a ciertas horas cuando tenemos viento. Aquí en el Cerro de las Campanas no hay las condiciones favorables de viento, como en otras partes de la ciudad, pero cuando tenemos viento sí se logra”, respondió el Dr. Juan Carlos Jáuregui Correa.

El aporte del 50% de los 20 Kilovatios que requiere el edificio de Rectoría de la UAQ, puede realizarse solamente si el aerogenerador funciona al 100% de su capacidad, si el viento no lo hace funcionar no existe tal aporte.

— En estos 6 meses que ha estado funcionando, ¿cuántas horas o de qué manera lo podemos medir para decir que aportó el 50% de la energía de Rectoría?, fue otra pregunta al investigador.

— “Eso, estamos capturando la información, tenemos una estación que apenas se instaló y estamos instrumentándolo ahorita, estamos en el proceso, osea, ya hicimos el diseño, la instalación y ya logramos hacerlo funcionar. Ahora empiezan realmente los proyectos de investigación que vamos a hacer para sacarle el máximo provecho”, fue la respuesta.

— ¿Cuánta energía ha ahorrado el edificio de Rectoría, esos datos me los puede proporcionar?, se le insistió, entrevistado seis meses después de que el aerogenerador fue echado a andar.

— “No los tengo todavía, no, porque apenas estamos instrumentando, no hemos todavía… se nos acabó la lana, la verdad es que el presupuesto nada más nos alcanzó para construirlo, ahorita estamos haciendo precisamente de otro proyecto la instrumentación para tener todo eso, que tampoco hay datos a nivel internacional con la… nadie lo ha hecho… hasta ahorita no sabemos de alguien en el mundo que haya instrumentado un aerogenerador al nivel que lo vamos a instrumentar nosotros”, contestó.

En el boletín difundido en julio pasado por la UAQ, fueron incluidas declaraciones del Dr. Juan Carlos Jáuregui Correa, docente investigador de la Facultad de Ingeniería y responsable de la iniciativa, quien expuso que se trataba de aprovechar el viento de Querétaro y almacenar esa energía en hidrógeno.

“Sabemos que es poco el viento que hay aquí, pero tenemos que desarrollar el conocimiento para tener los beneficios de las fuentes alternas de energía en cualquier lugar”, dijo sobre esa máquina que el comunicado de la UAQ explicó “funciona con bajas condiciones de viento”.

El boletín fue acompañado con fotografías del aerogenerador, una estructura de 12 metros que tiene dos aspas, así como con otra cita textual del Dr. Juan Carlos, en la que expuso que se trataba de un trabajo completo de ingeniería y no de un laboratorio.

“No hemos terminado, acabamos la primera fase pero en realidad estamos empezando porque esto no se concibió como un proyecto de laboratorio, sino como un trabajo completo de ingeniería con todas las normas y certificaciones que requiera”, dijo en julio pasado.

Entrevistado a mediados de enero de este año, por un reportero de Libertad de Palabra, el investigador explicó cuál fue la idea de colocar un aerogenerador en un punto donde hay poco viento.

“Tener un laboratorio para entender el comportamiento de las máquinas y entonces desarrollar más tecnología para mejorar lo que tenemos y no estar comprando máquinas al extranjero”, declaró.

En el boletín de julio pasado, personal de la institución agregó que estudiantes y docentes de licenciatura, maestría y doctorado de esta unidad académica estuvieron involucrados en los procesos de diseño, producción, instalación y pruebas, de esta máquina.

También se dio cuenta que “este desarrollo tuvo un financiamiento de recursos propios de la institución y, mayoritariamente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y Gobierno del Estado de Querétaro a través de Fondos Mixtos”.

El aerogenerador no funciona al 100% en esta época del año (invierno) porque los vientos circulan de Este a Oeste, pues cuando el aerogenerador fue instalado los vientos lo hacían de Noreste al Suroeste, “ahorita las aspas tendrían que estar viendo hacia el poniente”, admitió el Dr. Jáuregui.

Los investigadores de la UAQ trabajan en los aspectos de control y en los protocolos de seguridad del equipo, así como en la integración de un aspa más para aumentar la potencia, así como en la producción de un soporte rotativo que facilite ajustar la máquina a la dirección del viento (Con información de Gildardo Jacinto García).