En Pocas Palabras
En Pocas Palabras

Rebrote de la COVID-19 en China debe alertar al mundo. La pandemia no ha terminado.

Imagen: Centro Nacional de Prevención de Desastres. Gobierno de México.

Teresa E. Hernández Bolaños

El reciente brote de la COVID-19 (coronavirus SARS-COV-2) en China, el país considerado epicentro de la pandemia originada en 2019, debería alertar al mundo, ya que las condiciones del rebrote son muy distintas a las presentadas a principios de este año, en un mundo que ya ha iniciado la inmunización aún cuando persisten las desigualdades en la misma. Tomando en cuenta que el reporte de este rebrote, antes de terminar el mes de octubre, no es el primero en China, ni el primero del año, ya que, a inicios de este año, en enero, se reportaba un rebrote justo en la ciudad de Wuhan la primera que conociera el virus. El nuevo rebrote tiene características particulares, en primer lugar, la variante Delta es la protagonista de los contagios que han aumentado en China en los últimos días, una variante altamente contagiosa; en segundo lugar, el reciente rebrote en China se da después de casi un año de haber iniciado la inmunización en el mundo, que inició con la vacunación de los médicos y trabajadores de la salud.

China ha reportado contagios en 19 de 31 provincias, incluyendo la capital Beijing, se han registrado más de 600 infecciones. El pasado 25 de octubre, la segunda economía más grande del mundo, ha vuelto al confinamiento, ha decidido confinar a miles de habitantes en las provincias afectadas, incluyendo la capital, en un intento por controlar la nueva cepa y el nuevo rebrote. Recodemos que la temida variante Delta (la mutación india), o cepa B.1,617.2, es una variante altamente contagiosa, detectada en la India, es considerada la más transmisible, un 40% más transmisible que la Alpha, que ya era más transmisible que la cepa original. La Delta puede causar mayor riesgo de hospitalización en comparación con la Alpha. Que esta variante llegue a China significa que el virus retorna en una tercera generación de cepas mutadas distintas a la original y que no será fácil controlarla, aun con el proceso de vacunación en marcha en el mundo.

El pasado 28 de octubre, en la alocución acostumbrada sobre la COVID, la OMS (Organización Mundial de la Salud), encabezada por su Director General Tedros Adhanom, alertó sobre el aumento de contagios en algunos países desde hace dos meses debido a las desigualdades y la inequidad en la distribución de vacunas, tratamientos y sistemas de salud, se han aplicado 30 veces más vacunas en países de ingresos altos en comparación con las aplicadas en países de ingresos medios y bajos, dijo; si hubiera una distribución equitativa se habría alcanzado el 40% del objetivo mundial. Advirtió también que la pandemia no ha terminado y hasta que no se controle la pandemia en todo el mundo el virus va a mutar, las nuevas variantes afectarán a las personas ya vacunadas y se pondrían en peligro los avances.

La OMS ha vuelto a solicitar apoyo financiero y una distribución más equitativa de las vacunas para acortar la brecha de equidad. Ha hecho un llamado al G-20 para apoyar el financiamiento del acelerador de acceso a las herramientas contra la COVID-19, implementado hace 18 meses y que hoy necesita un nuevo financiamiento. Tedros ha señalado que se requieren 23, 400 millones de dólares, para los próximos 12 meses para llegar a las metas de inmunización y tratamientos en el mundo, para controlar la pandemia y salvar la vida de unos 5 millones de personas. La cifra es parte de la presentación del plan y presupuesto del acelerador presentado el 28 de octubre.

La OMS a través de su Director General hizo un llamado al G-20 para que en su próxima reunión en Roma Italia puedan evaluar el impacto de la pandemia y les pide  a los países miembros que atienda tres temas: 1) financien plenamente el acelerador de acceso a las herramientas contra la COVID-19, 2) que respalden la creación de un marco general para la seguridad sanitaria mundial por medio de un tratado, y 3) respaldar la creación de una junta de financiación para la salud con un fondo intermediario albergado en el Banco Mundial.

Frente a este panorama, lo que no debemos olvidar en México y el mundo es que “la pandemia no ha terminado”, la propagación continúa y puede haber futuros rebrotes en otras partes del mundo. Las medidas sanitarias deben seguir, y la solidaridad entre los pueblos debe ser una prioridad.