La medida es extrema y ocurrió en el gobierno del panista Mauricio Kuri González, con Guadalupe Murguía Gutiérrez como encargada de la política interna y con Luis Vega Ricoy como vocal de la Comisión Estatal de Aguas (CEA).

Eric Pacheco*
Que un pueblo camine 180 kilómetros para ser escuchado no es una noticia que pase cada año en Querétaro.
La medida es extrema, como lo es la realidad que vive esa gente: Ver que el agua de sus manantiales se la llevan y pasar carencias.
Ocurrió en el gobierno del panista Mauricio Kuri González, con Guadalupe Murguía Gutiérrez como encargada de la política interna y con Luis Vega Ricoy como vocal de la Comisión Estatal de Aguas (CEA).
Maconí pidió ser abastecido de agua, apoyo en infraestructura, que se les deje de acosar con las carpetas de investigación que les abrieron y se libere a la gente que fue detenida al defender un manantial en Escolásticas, municipio de Pedro Escobedo, también en Querétaro.
Fue una mala elección reprimir a un pueblo como Maconí, Cadereyta de Montes, municipio que ha aportado el agua al sistema “Acueducto II”, que abastece parte de la ciudad de Querétaro.
Si se busca gobernar para servir a la gente, fue un error no atenderlos allá, usar la fuerza pública y reprimirlos en lugar de resolverles el problema del agua.
Doble error es soslayar sus voces con el pretexto de que “se quiere dividir a Querétaro” o simplemente afirmar que el tema se ha “politizado”.
Menospreciarlos sólo les indigna más pues son gente cansada porque, durante más de 15 años, han recibido promesas incumplidas de administraciones del PAN y PRI.
Resulta irónico que se les diga que es imposible dotarles de agua cuando fue posible invertir miles de millones para traer el agua desde Cadereyta a la capital de Querétaro.
Sería un error no lograr acuerdos con la gente de Maconí, tratarlos con desprecio o mentirles como ya lo han hecho otros gobiernos.
El reclamo de Maconí es el que hacemos cada vez más gente en Querétaro y no se les debe soslayar.
En Miranda, El Marqués, la Comisión Estatal de Aguas (CEA) nos ha dejado meses sin el servicio de agua potable y no se ve para cuándo resuelvan el problema.
Memoria
El gobierno de Francisco Garrido cuando impulsó el “Acueducto II” llegó a difundir: “Más agua para todos, todos los días”.
Supuestamente el agua alcanzaría hasta el 2030 y resultó una gran mentira, imposible de justificar con el crecimiento acelerado ya proyectado desde entonces.
*El autor es director de Libertad de Palabra y corresponsal de Revista Proceso en Querétaro
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