Yezica Montero Juárez
Los actos de fe siguen siendo un tema de gran fascinación social; el cual se ha abordado desde distintas perspectivas como la antropológica, sociológica, fenomenológica, filosófica; evidentemente la religiosa, entre otras.
El pasado 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud declaró como pandemia al Covid-19, es decir, una enfermedad que se extiende en la mayoría de los países y puede infectar a cualquier individuo.
Mientras algunas instituciones educativas dejaron de dar clases presenciales desde el 17 de marzo como medida preventiva ante el Covid-19, ese mismo día fue realizado un acto de Procesión Penitencial en el Centro Histórico de Querétaro para pedir por el fin de la pandemia.
En esos días, en que se estaba en la fase 1 de reacción ante el coronavirus en México, al parecer no existía una línea de diálogo entre el gobierno Federal y el Estatal.
Mientras el Ejecutivo Nacional mantenía un discurso de calma; el gobierno del Estado de Querétaro se encontraba dando medidas precautorias como el cese de actividades escolares y el cierre de varias dependencias estatales y municipales, previstas en la fase 2.
Por eso algunas instituciones educativas en Querétaro se adelantaron a la suspensión de clases que tenía previsto el gobierno federal a partir del 23 de marzo.
Sin embargo, al mismo tiempo, decenas de feligreses se dieron cita para realizar la caminata con la imagen de la Virgen de Santa María del Pueblito, entre la Iglesia de San Francisco y la Catedral, bajo el objetivo de pedir por la erradicación de la pandemia del Coronavirus, así como se ha hecho en otras ocasiones como en 1867 por la infeste de cólera.
En la actualidad, en la fase 2, las instituciones de promoción en la salud no han escatimado en campañas sanitaristas para aprender medidas de higiene y prevención ante el Covid-19 como el lavado de manos, el distanciamiento social, quedarse en casa y salir sólo en situaciones primordiales.
Y el pasado viernes 3 de abril, conocido entre la comunidad católica como “viernes de dolores”, integrantes de la diócesis de Querétaro trasladaron en una camioneta a “Jesús eucaristía”, que fue recibida por feligreses de rodillas a las afueras de los hospitales.
Las imágenes de la custodia con “el cuerpo de Cristo”, en manos del vicario Martín Lara, recorriendo hospitales públicos y privados para pedir por los enfermos, es uno de los sacramentos católicos conocido como unción de los enfermos, pero propicio burlas de algunas personas usuarias en redes sociales.
De acuerdo con el INEGI (2016), el 92.5% de la población queretana se denomina como católica. Este dato es fundamental para entender el comportamiento de algunos grupos católicos y su afán por manifestar el poder de sus creencias ante o de la mano con las medidas comprobadas científicamente.
Las creencias y actos de fe son paliativos que los grupos humanos buscan ante situaciones de angustia e incertidumbre. Creo que nunca estará de más el debate entre el pensamiento mágico y el racional; pero siempre será paja cuando se pretenda imponer el uno sobre el otro.
*Antropóloga social.
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