Mujer de la sospecha
Mujer de la sospecha

La Era de los Influencers

Imagen: Especial.

Yezica Montero Juárez*

Hace unos días en un grupo de facebook que se dedica a la promoción de negocios y ventas de mujeres en Querétaro, una miembra escribió: “Chicas, me podrían decir cuáles son los influencers más importantes de Querétaro, es que quiero promocionar mi negocio con ellos”. Tengo 36 años, y para mí el tema de las redes sociales se estancó en el uso de Facebook, pasando una breve temporada en Twitter, cuando el submundo del círculo rojo emergió con miles de pseudointelectuales.

Revisé las respuestas y de inmediato fui hacia mi Instagram (con cerca de 15 imágenes en más de un año), para curiosear sobre dichas personas. Pareciera que ese mundo de ser influencer se centra en Instagram, donde lo más importante no es lo que dices o lo que escribes; si no lo que muestras, ya sea en una sola imagen o en un video sumamente corto.

Lo interesante es que estos influencers recomendados para anunciar productos y servicios, reproducen las mismas características que la industria de la mercadotecnia nos ha mostrado por décadas: la vida en la blanquitud. Es decir, una vida occidentalizada con hombres y mujeres blancos, mostrando “un día cualquiera”, rodeados de las bondades de la vida como el ser fitness, comer orgánico, tener hijos y estar en extremo delgada; los viajes de lujo son indispensables, aunque sea a la Peña de Bernal pero brindando con una copa de vino como si estuvieran a lado de la Torre Eiffel.

Ya no es necesario ser una Kate Moss para mostrar ropa de diseñador. No se necesita a Sean Connery para posar junto a un Tesla. Cualquier ciudadano del mundo puede acceder a ser objeto de publicidad siempre y cuando tenga un alto número de seguidores en Instagram o en Tik Tok. Los millenials que no son los adolescentes, ni los jóvenes; si no los que estamos cerca de la década de los cuarenta, nos enfrentamos a estas nuevas formas mercadológicas. Las formas de relacionarnos con la mercadotecnia está cambiando: ¿Con base a qué referencia publicitaria voy a elegir mis productos y servicios? ¿Con la señora que baila y canta “pinol, pinol; aromatiza, limpia y desinfecta”? o con el chavito de 18 años que me platica sobre un nuevo limpiador que es libre de hidróxido de sodio cuyo recipiente se vuelve composta.

Las generaciones emergentes nos están rebasando, —afortunadamente—, explotando sus propias vidas, ya sean reales o de fantasía. Actualmente se encuentran generando un ejército de seguidores los cuáles son el capital para poder venderse a sí mismos. Este fenómeno no es casual, pues ante factores como el creciente desempleo, empleos mal pagados, incapacidad del sistema para incrustar a los profesionistas, deficiente sistema educativo y sumando todos los efectos de la pandemia; lo lógico es que surjan alternativas desde el mundo virtual.

Aplaudo que este mundo virtual sea un espacio para fomentar la diversidad de géneros, denunciar las violencias, visualizar las nuevas construcciones familiares, cuestionar los productos, recomendar a los pequeños emprendedores; pero también es importante mantener el sentido de la realidad. Siempre estar acompañando a estos mismos jóvenes e infantes que tienen ganas de ser productivos, para que no pierdan el hijo de lo que es real y lo que no. Así como evitar que caigan en la normalización de la explotación de sus cuerpos o vidas; pensando en el extremo como la trata de personas, clonación de identidad o extorsión por información íntima o delicada.

Por cierto: Ya casi es temporada de campañas electorales ¿De qué influencers se colgarán?

*Antropóloga social.

Correo electrónico: [email protected]

One Response

  1. Definitivamente soy un hijo del siglo XX y la Edad Luz me desborda y apabulla por todos lados.

    Hora de luz. Tarde mágica. Recogimiento gregoriano. Tiempo de cine. Voces distantes. Perfume femenino. Comunión.

    NOSOTROS LOS OTROS con LOS OTROS NOSOTROS
    Q, martes 23-II-2021.

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