Mujer de la sospecha
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Desabasto de gasolina: el ensayo fallido

Fotos: Cortesía Lionel Brossard.

Yezica Montero Juárez*

El motor que mueve al mundo sin duda sigue siendo el petróleo. Los hidrocarburos se han convertido en el elemento fundamental del capitalismo. Lejos de comprender los procesos químicos que implica la transformación del petróleo crudo a combustibles refinados y demás derivados, la preocupación latente es el desabastecimiento al que nos hemos estado enfrentando en México y principalmente en la zona del bajío.

La premisa es sumamente atractiva y ética: “el combate a la corrupción”; no hay forma correcta de negarse. El discurso presidencial del combate al  huachicoleo, ha confrontado a la población ante una contradicción: sí, estoy a favor de eliminar la corrupción y el huachicoleo; pero también quiero mi tanque aunque sea con un cuarto de gasolina.

La semana pasada ha sido sólo un ensayo de cómo actuaríamos ante la escasez de combustible. Unos cuatro días bastaron para que la histeria colectiva se apoderara de la ciudadanía, y todos manejaran directo a las gasolineras. Sin análisis previo, rondar de norte a sur era la estrategia para buscar gasolina; gastando gasolina.

La creatividad no se hizo esperar, algunos optaron por formarse entre los automóviles y una vez cerca, llamar al conductor para poder cargar el precioso combustible. Sin embargo, la psicosis permeó entre algunos que aprovecharon no sólo para cargar sus tanques, sino para rellenar bidones de reserva y, en el peor de los casos, revenderlos a costos mayores.

En los recientes días, algunos consumidores han cargado hasta con garrafones para enfrentar el desabasto de combustible en Querétaro.

Mientras sigan las estrategias de combate al huachicoleo, todo indica que el desabasto será una constante. Los combustibles son fundamentales para el transporte de personas y materiales. El mundo se mueve por los derivados del petróleo. Aquí lo importante es entender que los hidrocarburos son recursos no renovables; evidentemente a nuestra generación no le tocará su extinción. Seguimos en proceso de ensayos en cuanto a uso de energías alternativas. ¿Qué pasará cuando la escasez ya no sea producto de la corrupción sino de un recurso agotado?

La paradoja de ser unos de los países con mayor producción de petróleo y no tener abasto óptimo llámese por corrupción, falta de refinerías, bloqueo de patentes o robo de combustibles; nos impulsa a buscar alternativas para transportarnos y mitigar la psicosis. En este caso le puedo recomendar el uso del transporte público (mientras el diésel no lo corten), el uso compartido de automóviles, el uso de bicicletas; así como no fomentar la reventa de gasolina, y siempre checar las fuentes de información que consulta.

*Antropóloga social.

Correo electrónico: [email protected]