Desde nuestra América
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¿Una democracia sui géneris?

Lorenzo Córdova Vianello, expresidente del INE.
Opinión Una democracia sui géneris.
El ex presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, fue el orador principal tras la movilización “en defensa de la democracia” del domingo pasado, que llegó al Zócalo de la Ciudad de México.

Oscar Wingartz Plata*

La Constitución está moribunda. El pacto social y político que encarnaba no existe ya. Lo que hoy tenemos es una oligarquía convertida en sistema dominante. Tenemos el gobierno de los ricos, más ricos y el dominio absoluto del dinero con sus secuelas de corrupción, dilapidación y desperdicio que es propio de los regímenes plutocráticos. Enrique Peña Nieto es el sepulturero de la Constitución. Arnaldo Córdova.

Paradojas de la existencia. Hemos seleccionado este epígrafe para poner sobre la mesa una serie de elementos que son dignos de ser reflexionados con detalle. El primero se refiere al autor de la cita propuesta, fue un eminente historiador y politólogo mexicano. Hombre de izquierda, de profunda y sólida formación académica y política, diputado federal, fundador del Movimiento MORENA, autor de un texto relevante: La ideología de la Revolución mexicana. La formación de un nuevo régimen. Este trabajo dejó honda huella en la conciencia política de mucha gente, entre otras cuestiones, porque permitió ver con mayor claridad y cuidado cómo se fue constituyendo el nuevo régimen emanado de la Revolución, y sus derivaciones hasta las postrimerías del siglo XX.

El segundo aspecto se refiere a las flagrantes contradicciones en las llamadas segundas versiones. ¿A qué me refiero? El pasado domingo 18 del mes en curso, su hijo Lorenzo Córdova fue el orador único en la movilización realizada por la llamada “Marea Rosa”, para “defender la democracia”. No se debe pasar por alto que Lorenzo Córdova fue presidente del INE durante nueve años, con una actuación realmente controvertida en muchos de sus pasajes al frente de esta institución.

Al retomar esta cita de nuestro autor deseamos enfatizar una idea que consideramos clave en estas reflexiones de cara al tiempo que estamos viviendo, esto es, las próximas elecciones presidenciales en nuestro México. Durante la exposición hecha por Córdova (hijo) habló machaconamente sobre la democracia, pretendiendo dar “cátedra de la misma” como si el fuera en sentido estricto un demócrata a toda prueba. Más bien, fue un recetario de frases hechas a la medida para desviar la atención de las cuestiones medulares, como el significado profundo que debe tener en esta fase histórica del país. En esta dirección salta una pregunta en extremo pertinente, ¿cuál democracia?, ¿la democracia de quién?, ¿desde dónde se entiende e interpreta la tan multicitada democracia?

La oposición habla hasta el exceso de la democracia, al afirmar que, con el actual gobierno, ésta está siendo conculcada, muchos de sus principios, valores y prácticas se han desvirtuado o hecho a un lado en aras de un ejercicio de poder autoritario. Para ellos, estamos en el inicio de un gobierno autocrático donde la ciudadanía se ve avasallada por las acciones del gobierno. A su vez, hacen comparaciones y extrapolaciones fuera de toda proporción y carentes de sentido, como afirmar que vamos a convertirnos en una Venezuela, una Cuba, una Nicaragua más. Ante esas afirmaciones, la consideración necesaria es, ¿de dónde sacan tan estridentes afirmaciones? Más bien parece que regresamos al punto de partida, es decir, ¿qué entienden o como visualizan la vida democrática? Una cuestión que debe quedar clara en todo esto, la democracia como discurso, como práctica y como forma de vida es un asunto complejo, entre otros aspectos, porque no se agota en su sola enunciación. Es mucho más rica y plena que ese conjunto de frases reiterativas.

Para precisar esta cuestión, deberíamos retomar la cita propuesta, Arnaldo Córdova hace una serie de puntualizaciones contundentes sobre lo que significó la etapa neoliberal en nuestro país, donde se impulsó una serie de usos, prácticas y actuaciones promovidas desde una visión estrictamente plutocrática, es decir, desde los acaudalados, los millonarios y los ricos, más ricos; la consecuencia última, fue la corrupción, la dilapidación y el despilfarro más impresionante de la riqueza nacional en manos de esta clase, con ello se rompió el pacto político y social que fue y debe ser la Constitución. Por ello afirmaba que “Peña Nieto es el sepulturero de la Constitución”. Entonces nos podemos preguntar con justa razón, ¿de qué está hablando la oposición al hacer reiteraciones estridentes sobre la democracia? Lo estridente e incomprensible y poco claro es la “asociación” que han establecido, y que raya en lo kafkiano, tres agrupaciones que, en términos concretos poco, muy poco los une, ¿qué va del PAN al PRD? Del PRD al PRI; todos estos juntos, ¿que los aglutina más allá de las elecciones?

El cuestionamiento sigue en pie, ¿de qué democracia se está hablando?, ¿desde dónde la concebimos?, ¿a quién nos referimos cuando la invocamos? Tampoco hay que perder de vista que el régimen en el que vivimos tiene fundamentos, características y prácticas muy concretas, estas no se modifican al libre uso o albedrio de los sujetos, es parte de un proceso en extremo dilatado, y en ocasiones muy abigarrado, como hablar de procesos revolucionarios o democráticos, en el sentido, de que se ciñen a concepciones y prácticas legales y parlamentarias. Así pues, el asunto que nos debe aclarar la oposición es ¿cuál es su idea de democracia? Lo contrario es navegar en un mar de confusiones, pseudo verdades, simulaciones manipuladoras, con una agenda que deja ver su falta de probidad y honestidad al dirigirse a la población en su conjunto.

Para cerrar se debe decir que, ante todo debemos ser claros, no irnos por las ramas, ni simular discursos que lo único que hacen es engañar y manipular a la ciudadanía. Nuestro país debe y merecer un cambio real, profundo, donde la práctica democrática se convierta en una forma de vida, y no en un juego de simulaciones, de verdades de dudosa procedencia, así como el encubrimiento de realidades que poco tienen que ver con la elevación y bienestar de la población en su conjunto. Estamos en un momento clave de la vida socio-política del país, estemos a la altura de este momento.

*Doctor en Estudios Latinoamericanos por la UNAM.