Los hechos ocurrieron en la ciudad de Veracruz, cuando al mandatario le gritaban “¡Dictador! ¡Dictador!”.
López Obrador reconoció y agradeció a sus adversarios, “los conservadores de ahora”: “porque no han pasado de calumnias y de mentiras y de guerra sucia, de insultos, pero hasta ahí se han quedado”.
Iván Aldama Garnica
En su visita a la ciudad de Veracruz, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, fue recibido por sus seguidores que lo vitoreaban pero también por manifestantes que lo repudiaban.
“¡Dictador! ¡Dictador!”; ¡Dictador! ¡Dictador!”; “¡Si Juárez viviera, con nosotros estuviera!”; “¡Fuera!”, repetía personal del Poder Judicial detrás de unas vallas.
López Obrador llegó al puerto de Veracruz para inaugurar el centro cultural “Leyes de Reforma”, el cual fue habilitado en un inmueble donde fueron expedidas las Leyes de Reforma hace 165 años.
Pero la agresión ocurrió en la calle Francisco I. Madero, del Centro Histórico de Veracruz, casi esquina con la calle Manuel Gutiérrez Zamora, donde fue remodelada la casa en la que vivió durante un tiempo el presidente de México, Benito Juárez García, uno de los personajes a los que admira López Obrador.
De acuerdo con videos que captaron el hecho, el presidente bajó de una camioneta Suburban negra y saludó a la gente.
Lo esperaban el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, y el secretario de Marina, el almirante José Rafael Ojeda Durán.
“¡Dictador! ¡Dictador!”; ¡Dictador! ¡Dictador¡”, seguían gritando las personas manifestantes al mandatario.
Primero le arrojaron un plátano, luego una botella de plástico, que pasó a unos centímetros del gobernador de Veracruz.
El presidente se apartó unos pasos y se quedó mirando hacia el lugar de donde habían arrojado el recipiente.
Instantes después arrojaron un tercer objeto que tampoco le dio al mandatario.
López Obrador estiró su mano derecha, sonrió y levantó el puño izquierdo hacia los manifestantes.
Segundos después avanzó con el contingente que lo acompañaba e ingresó al inmueble restaurado.
En su discurso, en el acto de inauguración del centro cultural “Leyes de Reforma” –un segundo inmueble que fue rehabilitado, ubicado también en el centro de Veracruz–, el presidente reconoció y agradeció a sus adversarios, “los conservadores de ahora”:
“Porque no han pasado de calumnias y de mentiras y de guerra sucia, de insultos, pero hasta ahí se han quedado, ya hasta creo que les da pena a ellos mismos seguir con ese discurso de diatribas, de insultos, les tengo que agradecer que hemos llevado a cabo, entre todos los mexicanos, esta transformación de manera pacífica”.
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