Medios de comunicación difundieron que en los resultados de sus análisis toxicológicos, el prelado había dado positivo a cocaína, benzodiacepinas y hasta Viagra.

Iván Aldama Garnica
El comisionado estatal de Seguridad Pública en el estado de Morelos, José Antonio Ortiz Guarneros, compartió información de que el obispo emérito de la Diócesis de Chilpancingo Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, que había sido reportado como desaparecido por la Conferencia del Episcopado Mexicano, entró voluntariamente a un motel con una persona del mismo sexo.
“Hasta donde sabemos entró voluntariamente al motel con una persona del mismo sexo y esa persona después se retiró, pero es todo lo que sabemos porque no se nos per… fuimos a pedir información pero no, ya había llegado la fiscalía y nos nos permitieron”, dijo Ortiz Guarneros.
El 29 de abril, la Conferencia del Episcopado Mexicano incluso hizo un llamado “a quienes mantienen en cautiverio a Mons. Rangel Mendoza para que, en un acto de humanidad y considerando su delicado estado de salud, le permitan tomar de manera adecuada y oportuna los medicamentos que requiere para su bienestar”.
Pero ese día fue informado que el obispo había sido encontrado con vida.
El fiscal de Morelos, Uriel Carmona Gándara, declaró el día que el obispo había sido localizado que estaban investigando la posibilidad de que hubiera sido víctima de un “secuestro exprés”.
“Pudieron haberle privado de algunas cantidades de dinero en cajeros automáticos, esa es la línea que estamos ahorita trabajando”, dijo afuera del hospital donde estaba Rangel Mendoza.
Para el comisionado de seguridad de Morelos, José Antonio Ortiz Guarneros, por las evidencias que tienen, se trata de otro asunto:
“Se hicieron algunas declaraciones que fue un secuestro exprés, nosotros pensamos que no, pero el fiscal tendrá que demostrar por qué sí fue un secuestro exprés, en base a qué lo dijo”.
Medios de comunicación difundieron que en los resultados de los análisis toxicológicos, el obispo había dado positivo a cocaína y benzodiacepinas, que se emplean justamente para contrarrestar los efectos de la cocaína.
Incluso es difundido que el prelado tenía rastros del medicamento Sildenafil, mejor conocido como Viagra, para la disfunción eréctil.
Ante estos hallazgos y la versión del comisionado estatal de Seguridad Pública en el estado de Morelos, José Antonio Ortiz Guarneros, la Conferencia del Episcopado Mexicano pidió que “se eviten conjeturas y especulaciones que enrarecen el caso de forma innecesaria, tomando en cuenta la dignidad humana”.
Incluso el abogado que llevaba el caso del obispo, Pedro Martínez Bello, anunció que ya no lo representará:
“Me contactan y me piden que les ayude a presentar una denuncia en la Fiscalía General de Justicia por la desaparición del obispo, así lo hacemos, se da el resultado con la localización de este y a partir de ahí son los abogados del Episcopado del estado Morelos, quien tienen a su cargo el asunto”.
El obispo Salvador Rangel Mendoza también ha generado polémica por sus negociaciones con grupos del crimen, con el fin de evitar la violencia, particularmente en el estado de Guerrero, pero ha sido señalado por apoyar a uno de los bandos en pugna.
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