Análisis Desde nuestra América
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Claroscuros de Nuestra América

Presidentes en el continente americano
Claroscuros de Nuestra América, artículo de Opinión.
Los presidentes Bernardo Arévalo de Guatemala; Nayib Bukele de El Salvador; y Javier Milei de Argentina.

Oscar Wingartz Plata*

Los programas neoliberales de los años 80 incrementaron el descontento social y las tensiones globales, informa Excelsior, creando un “ataque intenso por sindicalistas, organizaciones populares”, y otros contra la administración Arias, la cual ha implantado estas medidas en conformidad con las demandas de los EEUU y las prioridades de los sectores privilegiados. Fuentes eclesiásticas informaron que “las medidas de apretarse el cinturón de los años 80, las cuales incluían la eliminación de los subsidios, créditos de bajo interés, precios de apoyo y programas de asistencia gubernamental, han llevado a muchos campesinos y a pequeños granjeros a abandonar sus tierras”, … Noam Chomsky y Heinz Dieterich.

Por esos avatares de la existencia, encontramos en Nuestra América signos complejos y contradictorios, donde la nota predominante han sido los eventos en la escena política, y de manera especial, sus procesos, como muestra de lo que se está comentando, los cambios de gobierno, lo que ello ha traído. En este orden podemos nombrar: Argentina, Guatemala, El Salvador y en unos meses México. De los nombrados, al menos dos tienen oscilaciones y movimientos realmente abruptos por las complejidades que implican. En una entrega anterior se había comentado el caso argentino, sin pretender exagerar las expresiones, su desarrollo realmente es impredecible o de pronóstico reservado. En el poco tiempo que tiene Javier Milei en el poder, ya está enfrentando el rechazo abierto y manifiesto de la población por las medidas asumidas, que no es otra cosa que “una vuelta más de tuerca” al modelo neoliberal, y sin la menor consideración ha ido a contracorriente de los intereses populares, lo que ha puesto a su gobierno en una tesitura complicada. Esto es, no se puede iniciar un gobierno con tanta oposición y rechazo por parte de la población en su conjunto.

El segundo caso lo muestra El Salvador, donde el pasado fin de semana se celebraron las elecciones presidenciales, y el “obvio ganador” fue el reelecto presidente Nayib Bukele. Decimos “el obvio ganador” ante una oposición extremadamente debilitada, y con escaso margen de maniobra. Este país, al igual que la mayor parte de los países que componen Centroamérica tienen una historia paradigmática, compleja. Es decir, si vamos haciendo un repaso mínimo país por país veremos unas historias abigarradas y de expresiones dolorosas.

Para el caso que estamos comentado, “el Pulgarcito de América” como lo mencionaba el poeta Roque Dalton pasó durante la década de los ochentas por una guerra civil realmente cruenta, la cual se fue extendiendo de forma innecesaria y aguda, hasta el punto en que las fuerzas en pugna llegaron a “un empate técnico”, y ese conflicto terminó con una enorme devastación, empezando con el intento de reconstruir el tejido social roto por el conflicto armado.

El reelecto presidente ha sido cuestionado por su forma de conducir el país. Muchos le alaban la forma en que diezmó a las pandillas, también conocidas como “maras”, con estrategias y prácticas en extremo cuestionables, y una de las medidas implementadas fue decretar el estar de excepción, una cuestión sumamente delicada, porque, entre otros asuntos se cancelan los derechos ciudadanos como la legítima defensa legal. Eso sólo se aplica cuando el país está atravesando por una situación de extrema gravedad, como el estar en guerra. Otro asunto fue la manera que llegó a la reelección, la constitución salvadoreña prohíbe la reelección inmediata, para el caso se modificó, y fue como compitió para el cargo, que, dicho sea de paso, son cinco años más de gobierno. Este asunto, comienza a tener cierta similitud, guardando las debidas reservas con su vecina Nicaragua, con Daniel Ortega que va en su quinta reelección consecutiva, y ante la posibilidad de que le suceda en el cargo su esposa Rosario Murillo.

En contraste con los ya mencionados tenemos a Guatemala con su presidente en funciones Bernardo Arévalo, hijo de un ilustre presidente guatemalteco Juan José Arévalo. El presidente Bernardo Arévalo tuvo que pasar por una travesía realmente azarosa, uno de los puntos relevantes de esa travesía fue la lucha legal, y en ocasiones, no tan legal de su Partido Semilla contra la oligarquía, que defendió hasta lo último sus prebendas y privilegios. Guatemala al igual que muchos de los países del área centroamericana pasó por un periodo de inestabilidad socio-política agravada, entre otros aspectos, por las dictaduras militares que tuvieron un fuerte impacto, la presencia y la fuerza que llegaron a tener las guerrillas en las décadas del 70 y 80 del siglo pasado y los conflictos aparejados ante tanta inestabilidad y violencia. En este orden Guatemala es el claro ejemplo, del intento por retomar la legalidad, la democracia y la búsqueda del Estado de Derecho de la que había adolecido por años. El camino va a ser intricado y complejo para el presidente Arévalo ante tanta oposición. A diferencia de Argentina, aquí se pretende dar al pueblo lo que le habían quitado.

Finalmente, nuestro México. Ante la inminencia de las elecciones presidenciales, donde la apuesta central es, regresar al esquema Milei o profundizar las transformaciones que están en marcha con el presidente López Obrador. Puede parecer poca cosa o que no es tan relevante la elección, pero si lo vemos con mayor detalle el asunto asume sus tonos reales. No es una exageración afirmar que la oposición está tratando de rearticularse ante un escenario que cada vez le es cuesta arriba, por una razón que se muestra muy clara, carecen de propuesta viable. Esto es, “su propuesta” es atacar al presidente y su programa de gobierno, fuera de ello, no se ve nada. Parecería que las ideas se les fugaron hace años, desde que empezó “la era neoliberal” y se agudizó con los gobiernos panistas, de ahí para acá, siguen en lo mismo. Así pues, Nuestra América está pasando por un momento complicado, por las diferentes expresiones políticas que va mostrando de las cuales, el tiempo dirá cuál es la que rendirá mayores frutos.

Doctor en Estudios Latinoamericanos por la UNAM.

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