En Pocas Palabras
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El colapso de los precios del petróleo en 2020

Foto: Gobierno de México.

Teresa E. Hernández-Bolaños

Los precios del petróleo crudo colapsaron en marzo del 2020. La expansión de la pandemia de la COVID-19 fue la principal fuerza impulsora o quien condujo a ello, así inicia el “Reporte mensual del mercado del petróleo de abril del 2020”, emitido por la OPEP (https://momr.opec.org/pdf-download/). El impacto del brote del virus, para el primer trimestre del año, contrajo la demanda al disminuir la movilidad, el transporte y la industria de los países, disminuyendo la demanda de combustible, provocando con ello también una disminución en los precios.

Los precios del petróleo se desplomaron durante marzo y abril. El valor de la cesta de referencia (de los tres crudos ICE Brent, NYMEX WTI y DME Oman) bajó a $21.61 dólares, o 38.9%, m-o-m, para ubicarse en $ 33.92 dólares / b, el valor mensual más bajo desde septiembre de 2003. ICE Brent disminuyó en $ 21.75 dólares, o 39.2%, m-o-m, al promedio $ 33.73 dólares / b, mientras que NYMEX WTI cayó $ 20.09 dólares, o 39.8%, a un promedio de $ 30.45 dólares / b.

La caída mundial de la demanda de crudo a causa del virus que causa la COVID-19, con gran impacto de la disminución de la demanda China, provocó que la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) se reuniera en Viena, su sede, el 5 de marzo para acordar las medidas frente a la disminución de la demanda. Las decisiones  de la OPEP definen sin duda los destinos del mercado petrolero, ya que los 13 países miembro (Argelia, Angola, Congo, Guinea Ecuatorial, Gabón, Corrí-Irán, Irak, Kuwait, Libia, Nigeria, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Venezuela) tienen en sus territorios el 79.4% de las reservas mundiales de petróleo, y el  41.9% de la producción mundial.

Los resultados de la reunión en Viena derivaron en la propuesta de recudir la producción mundial de petróleo, lo que permitiría sostener los precios del petróleo en un periodo de baja  demanda, finalmente una de los propósitos de la OPEP es asegurar la estabilidad de los mercados petroleros, regular los precios y asegurar la demanda, así como aumentar o disminuir la producción para mantener precios y ofertas estables en beneficio de los productores, los consumidores y los inversionistas. Sin embargo, esta decisión tuvo como consecuencia una guerra de pecios desatada entre Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (miembros activos de la OPEP) con Rusia, ya que ésta última rechazó la propuesta de la OPEP. Lo que provocó un desplome  de los precios aún mayor, que impactó de inmediato en los mercados de valores. El 8 de marzo había iniciado una guerra de pecios que llevó a Arabia Saudita a ofrecer un descuento y anunciar un aumento en la producción (el precio del barril se ofrecía entre 6 y 8 dólares). Para el 9 de marzo colapsaba el mercado de valores en el llamado lunes negro (causado por la combinación de la epidemia de COVID-19 y la guerra de precios del petróleo entre Rusia y Arabia Saudita).

Finalmente, ante los pronósticos desalentadores de la severa recesión que enfrentarán las economías en el marco de una pandemia y la desaceleración de la economía mundial  acarreada desde 2019, el 9 de abril Rusia y Arabia Saudita, así como países miembros y no miembros de la OPEP, productores de petróleo, llegaron a un acuerdo tentativo para reducir 10 millones de barriles diarios durante mayo y junio (Una disminución sin precedentes). Se anunció también, que si bien esta reducción drástica solo sería por dos meses, se prevén recortes de producción hasta el 2022 de 8 y 6 millones de barriles diarios.

Ante esta propuesta México objetó y no aceptó una reducción tan elevada. El acuerdo final del 12 de abril estableció un recorte en la producción de 9.7 millones de barriles diarios. La OPEP permitió a México una reducción sólo de un 6 % de la producción (el resto de los países miembros tendrán una reducción del 23 %), explicó la Secretaria de Energía Rocío Nahle, sólo por dos meses (mayo- junio). Lo que significa una reducción de 400 mil barriles diarios, reduciendo un 5.5% de la extracción, pasando de 1.781 millones de barriles a 1.681 millones de barriles diarios (sólo 100 mil barriles). Venezuela, por su parte quedará exenta por las condiciones del país, debido a las sanciones impuestas por los Estados Unidos y la caída interna de su producción.