
Oscar Wingartz Plata*
Muchos de los actuales dirigentes de la CNTE se formaron en las jornadas de oposición a la contrarreforma de 2007 y en la resistencia al asalto a las pensiones de 2017. Desde entonces exigen abrogarlas. En todo el país han surgido vigorosos e informados movimientos de jubilados que demandan modificar el injusto marco legal y recibir pensiones decorosas (…) Rechazan la actual iniciativa porque mantiene intacto el corazón de la contrarreforma de Calderón y la de Peña Nieto, además de recaudar recursos a cuesta de los trabajadores de base (y no sólo de confianza). Luis Hernández Navarro.
Hace un par de semanas la presidenta Sheinbaum retiró la iniciativa de reforma a la Ley del ISSSTE (Instituto de Seguridad y Servicio Sociales para Trabajadores del Estado), ante el poderoso embate del magisterio mexicano, y en particular, la férrea lucha de la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación), que ya cumplió 45 años de fundada, pidiendo quedara sin efecto dicha iniciativa, la cual ya se encontraba en el Cámara de Diputados para su análisis y probable aprobación. Ante ese panorama la jefa del Ejecutivo Federal dio marcha atrás a dicha pretensión, esperando otro momento, o tal vez, para una nueva ocasión. El punto a destacar, qué es lo que hay detrás del rechazo por parte de los docentes y la actitud de la autoridad federal ante la movilización magisterial, donde se mostró un cierto dejo de incomprensión por parte de las autoridades al afirmar que no tenían por qué expresarse de esa forma, si se está buscando su bienestar.
No es la primera, ni será la última vez que el magisterio se movilice, motivos tienen, y muchos se han ido acumulando con el paso del tiempo. Sólo es cuestión de hacer un breve recuento de esas movilizaciones, desde las jornadas de 1958 con el maestro Othón Salazar, las manifestaciones de apoyo al Movimiento Estudiantil de 1968, la agitación que generó la creación de la CNTE en 1980, donde se construyó un sólido y articulado movimiento de base, que tiene una característica central, el ser un movimiento crítico y democrático, en oposición a el SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación), una instancia corporativa, o también conocida, como los charros, por los profundos nexos que tienen con el oficialismo en turno.
Ahora bien, en la etapa neoliberal, en el gobierno de Felipe Calderón, se dio el madruguete legislativo donde se aprobó la llamada contrarreforma a la Ley del ISSSTE con Miguel Ángel Yunes LInares como su director general en ese momento; sin olvidar ni pasar por alto la entrada en vigor del decreto en enero de 2017, por el cual, las pensiones para los trabajadores al servicio del Estado dejaron de fijarse en salarios mínimos y se tasaron por las llamadas unidades de medida y actualización, mejor conocidas como UMAS. Todo esto en la presidencia de Peña Nieto y su impresentable secretario de educación Aurelio Nuño Mayer, que llevó la confrontación con el magisterio hasta su límite, dicho sea de paso, en una actitud arrogante, exacerbada y carente de todo sentido. Jornadas duras, por las acciones desplegadas por parte del gobierno federal al enfrentar a los maestros con una violencia fuera de toda proporción. Recordemos el desalojo del que fueron objeto en la plancha del Zócalo, donde estaban acampanado. Como si fueran los “mejores tiempos” del díazordacismo y el echeverrísimo de infausta memoria.
En estas consideraciones que se vienen planteando hay una que tiene una enorme relevancia, el número de agremiados al sector educativo, rebasan el 1 200 000, esto en términos muy concretos es la mayor agrupación sindical de México, y de América Latina. Es una fuerza social y laboral de primer rango, lo que le confiere, o le debería conferir un lugar central en la vida de nuestro país. Como se puede observar su sola dimensión implica una serie de demandas y quehaceres complejos y acuciantes. En sus haberes sindicales, manejan un presupuesto de enorme peso, tomando en cuenta que se abocan, al ser un instituto de seguridad y servicios sociales en diversos rubros y necesidades, entre otras, otorgar vivienda, préstamos, servicios de salud, servicios sindicales varios. Es decir, es un universo de quehaceres y servicios que deben ser cubiertos de manera decorosa, pronta y digna. Eso en sí mismo, es ardua y compleja labor.
Ante este contexto, ¿por qué se siente agraviados los maestros y los trabajadores de la educación? Porque han tenido que padecer y sufrir un sinfín de carencias y necesidades, una de ellas, la viven en carne propia hoy, el acceso a una vivienda digna. Este ha sido un calvario para miles de trabajadores, al enfrentarse a una política de vivienda por parte del Estado en el neoliberalismo, realmente aviesa y perversa, donde objetivamente eran impagables sus viviendas, al implementar una serie chicanadas legales que dejaban en el desamparo a las familias, al no poder finiquitar sus inmuebles. Otra batalla que han tenido que dar el magisterio, es el descrédito social a su labor. Esto, también estuvo prohijado por los gobiernos de diverso signo, al ningunearlos y faltarles al respeto ante una labor tan eminente y fundamental para la vida del país. La actividad docente es compleja y exigente, pide entrega y dedicación, esto en todos los niveles, no sólo en el básico, pero en este nivel se refleja con mayor fuerza, la entrega y la fuerza para realizarlo a cabalidad. Transmitir conocimientos es un quehacer que demanda esmero y vocación.
Hay muchos más elementos que se pueden mostrar, pero la intención de estas líneas es hacer ver que la razón asiste a los maestros y sus legítimas demandas, y la autoridad no puede minimizarlo por simple cálculo político. Esto es, tuvieron que salir una vez más a la calle para ser escuchados y atendidos en sus demandas. También hay que decirlo, la respuesta de la autoridad federal no fue una graciosa concesión. Esto debe quedar claro, ha sido fruto de décadas de lucha por ser no sólo escuchados, sino ser dignificados, valorados y apreciados por la inmensa labor que despliegan a lo ancho y largo del país. En esta ruta, hay muchas reflexiones más que se pueden proponer y mostrar, teniendo en mente que la educación ha sido, es y será el núcleo clave del desarrollo del país y su proyección futura.
*Doctor en Estudios Latinoamericanos por la UNAM.
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