Testigo Ocular
Testigo Ocular

Gilberto, el peor escenario para Francisco Domínguez

Foto: Archivo / Libertad de Palabra.
  • El exrector de la UAQ es un perfil que AMLO ha considerado desde el 2018.

Eric Pacheco*

Querétaro Qro.- Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ganó en 2018 en Querétaro, año en que su aliado como candidato al senado fue Gilberto Herrera Ruiz, un académico, exrector de la UAQ, que ese año se estrenó en las campañas partidistas y que hoy se perfila como el candidato de Morena a Gobernador en Querétaro.

En 2006, el candidato aliado de AMLO al Senado por Querétaro, Gustavo Buenrostro, obtuvo 114 mil 945 votos; en 2012 la candidata al Senado aliada de AMLO, Celia Maya, obtuvo 131 mil 930 votos; pero en 2018, con Gilberto Herrera como candidato, la votación se disparó a 354 mil 517 votos.

Ese es el antecedente que ha tenido y tiene hasta ahora a Gilberto Herrera Ruiz, como el perfil con mayores probabilidades de ser el candidato de Morena a la Gubernatura de Querétaro.

También es oportuno recordar, ahora que el “superdelegado” se separó de la Secretaría de Bienestar, que como rector, Gilberto exigió al gobernador cumplir sus promesas de campaña a la UAQ y respetar su autonomía.

Lo demandó con tal firmeza que a los 6 meses de la gestión del panista Francisco Domínguez Servién, protestó en la Plaza de Armas, acompañado de miles de universitarios.

Esa postura, que desde mi punto de vista debería asumir cualquier rector o rectora que privilegie la defensa de los intereses de la UAQ, generó incomodidad al gobernador y a gente emanada del PAN que gobierna en Querétaro.

No les gustó que Herrera exhibiera al gobernador, Francisco Domínguez Servién, como lo que ha sido con la UAQ, un mentiroso, incapaz de cumplir las promesas que les hizo.

“En el desempeño de cualquier profesión, cuando alguien promete algo y no cumple, puede enfrentarse a serios problemas legales e incluso acabar en la cárcel. En cambio, en la política cuando se promete y no se cumple, simplemente no pasa nada, por eso la demagogia está corrompiendo la democracia mexicana y es que, sin decoro alguno, en forma sistemática los gobernantes –que deben servir a la ciudadanía– engañan al pueblo con promesas que de antemano saben que no cumplirán”, es parte de una reflexión que Herrera Ruiz ha expresado en diversas manifestaciones públicas y que fue difundida en un artículo de un diario local, en enero de 2017.

La postura de Gilberto atrajo la atención del propio candidato a la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador, quien lo invitó, cuando Herrera ya era exrector, a ser el candidato de Morena al Senado de la República.

Con una campaña muy austera y una presencia limitada, Gilberto Herrera logró un espacio en el Senado al quedarse 34 mil votos debajo del candidato del PAN, Mauricio Kuri González, quien realizó una onerosa campaña electoral.

Eso explica por qué el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, le refrendó el apoyo a Gilberto, al colocarlo al frente de la Secretaría de Bienestar en Querétaro, muy a pesar de la evidente incomodidad que le provocó eso al gobernador.

“A ver, yo soy el gobernador del estado, él tiene que buscar un acercamiento conmigo, no yo con él”, soltó un frustrado Domínguez Servién sobre Herrera Ruiz, luego de que López Obrador, como Presidente electo, anunciara que habría una figura de “súper delegados” en cada una de la entidades federativas y que en el caso de Querétaro este cargo lo ocuparía el exrector de la UAQ y también senador electo.

Por todo lo anterior, la posibilidad de que Gilberto, con su reciente renuncia a la Secretaría de Bienestar, se convierta en candidato de Morena es, en realidad, el peor escenario para el gobernador de Querétaro.

Ni siquiera Santiago Nieto —quien había exonerado al gobernador en el asunto de Caja Libertad y decía no haber encontrado irregularidades en el caso del secretario privado del mandatario, captado recibiendo bolsas con dinero— le incomodaba tanto a Francisco Domínguez, como le asusta la posibilidad de que Gilberto Herrera Ruiz sea su sucesor.

El miedo radica en la posibilidad de que Gilberto Herrera Ruiz gane y le revise sus cuentas, pero que además, si le detecta irregularidades, las sancione y no las deje en amagos y aspavientos, como lo hizo Domínguez con su antecesor, el exgobernador priista, José Eduardo Calzada Rovirosa.

Por eso no es extraño que al exrector le inventen “derrotas” donde ni siquiera contendió, como ocurrió recientemente en la UAQ; así como que intenten desmeritar su labor al frente de la Secretaría de Bienestar; e incluso, que surjan voces de quienes, sin mayor razonamiento y más bien exponiendo su deseo, propagan que la elección del próximo año “está perdida para Morena”.

Todavía falta tiempo para ver si la ciudadanía, que es la que manda, quiere una nueva alternancia en Querétaro, pero lo que es un hecho es que la posibilidad de que a Domínguez lo sustituya su principal adversario, hasta ahora, sigue creciendo.

Mientras tanto, no coman ansias, ni aquellas personas que no coinciden en el proyecto de Gilberto Herrera ni aquellas que lo respaldan, mejor cómanse un pancito de muerto con chocolatito o café y si gustan, me invitan, que esto apenas está comenzando.

¡Provecho!

[email protected]

*El autor ha ejercido el periodismo por más de 20 años en Querétaro.
Dirige Libertad de Palabra, publicación fundada en 2005.

Colabora como corresponsal de la Revista Proceso en el estado.

3 Responses

  1. Palabrero:
    –Excelente síntesis crítica, coincido plenamente, y el final me gustó todavía más: –Allí está el grano de voz de otra política y otro periodismo que necesitamos todos: no guerrear y militar en una causa sino reflexionar y crear un conocimiento que ayude a la toma de decisiones.
    –Un saludo de luz, sin chocolate ni pan de muerto, estamos en contingencia sanitaria, a los amigos de Libertad de Palabra. Cordialmente. Q, Presidentes, lunes 2-Nov-2020.

  2. No hay que comer ansias pero muy atinadas y certeras palabras. Pancho anda sintiendo pasos en la azotea

Comments are closed.