Cartas desde la locura
Cartas desde la locura

Ecos de los 90: la Reina Roja / I

La Reina Roja de Palenque (1994). Foto: INAH.
“La nostalgia es la distracción que les queda”: Paolo Sorrentino.

Ramón Martínez de Velasco

@ramavelm      

“México no ha dado un solo paso adelante en una docena de años, al menos en su aspecto cultural”, escribió el periodista Víctor Roura el 18 de enero del 2013, cuando aún había sección ‘Cultura’ en El Financiero.

Y como nada ha sucedido culturalmente ni para el orate López ni para el pequeñito director general de lo que queda del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), he aquí que “vuelven a ocupar sus lugares, con asombrosa naturalidad, distribuyéndoselos como en una festivalera rifa. Lo que demuestra y exhibe que el asunto es dar cabida a los camaradas”.

I

Trabajé en el INAH de 1992 a diciembre de 1994. Fui el primer reportero de la Dirección de Medios, gracias a un… digamos… daño colateral,  pues en un enojo el escritor Octavio Paz pidió la renuncia de Víctor Flores Olea del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), a quien sustituyó Rafael Tovar y de Teresa.

Tovar nombró a Teresa Franco como directora general del INAH, cargo que dejó Roberto García Moll.

Llegué allí desde la Gaceta UNAM invitado por Benito Taibo, hermano del escritor Paco Ignacio Taibo II. Benito quedó como jefe de prensa del CNCA.

Una tarde, frente a unos rones, me preguntó: “¿Cuántos años llevas en Gaceta?”. Tres o cuatro, le dije. “¿Y no te has hartado?”.

Benditos rones.

II

Teresa Franco creó la Dirección de Medios en el INAH. No existía. Y eso hay que reconocérselo. Nombró como primera directora a Carmen Gaitán, quien se dio a la tarea de buscar reporteros. Ella pidió ayuda a Benito Taibo. (Pudo no hacerlo, pues ella conocía mucha gente de medios. Pero prefirió empezar de cero. Y eso hay que reconocérselo.)

“Vete a ver a Carmen. Te espera”. ¿Y quién diablos es Carmen?, pregunté. “Es la mujer de Federico Campbell” (lúcido escritor y periodista tijuanense, ya fallecido).

En 1992 llegué a la colonia Roma, Ciudad de México.

Mi primera encomienda en el INAH fue revisar el funcionamiento de la Comunicación Social en todos los Centros Regionales.

El más rezagado en esa materia era el Centro INAH Querétaro. Cero boletines de prensa, cero reportes a la Dirección de Medios.

Por órdenes de Carmen Gaitán llegué a la ciudad de Querétaro para jalarle las orejas al supuesto encargado del área. Su oficina estaba en el Museo Regional. Lo encontré sentado, fumando, con los ojos vacíos. En pocas palabras, el tipo huevoneaba.

Era un tal Gabriel Horner, a quien reporté como muy poco confiable. (Tiempo después me enteré que a Horner, quién sabe quién, le dio el cargo de director en el Museo de la Ciudad de Querétaro.)

III

Esa experiencia de vida y profesional se la debo a Benito Taibo y a Carmen Gaitán, luego directora del Museo Nacional de San Carlos (ubicado en plena colonia Tabacalera, a la que recorrí de punta a punta, madrugada tras madrugada, siendo corrector de galeras en el periódico El Nacional) y hoy directora del Museo Nacional de Arte (Munal), en pleno Centro Histórico de la Ciudad de México.

Mi puesto, eso sí, me lo gané a pulso.

Sólo con Begoña, Guillermina y Renato, invadimos de información a los diarios, a las radiodifusoras y a las televisoras que operan en la Ciudad de México, al grado que aquellos medios crearon la ‘fuente’ del INAH (cosa que fue una proeza).

Con ése prestigio llegamos a 1994.

Año harto extraño de guerrilla, asesinatos, y el cuento de la Reina Roja de Palenque, Chiapas.

IV

Hace cosa de días, el orate López encabezó la inauguración del ‘Pabellón de la Reina Roja’ en el Museo de Sitio de Palenque. “Aquí está la Reina Roja, gobernando, mandando. Porque hay hombres y mujeres que no se mueren, nada más cierran los ojos y se quedan velando y siguen gobernando con su ejemplo”.

Aplausos.

Epílogo

“Afortunadamente, nuestro país siempre sobrevive a patriotas como usted”, escribió Otto Preminger.

One Response

  1. ¡Hola de nuevo Ramón!
    Cuántas remembranzas de esos tres o cuatro años en donde coincidimos como reporteros de Gaceta UNAM…
    Éstos, tus ecos de la Reina Roja, también me llevaron de nuevo a 2002, cuando en compañía de mi hija Justine visitamos la zona arqueológica de Palenque, y con paso franco ingresamos al Templo de las Inscripciones y asombradas descendimos la escalinata que nos llevó a conocer la tumba sagrada del rey Pakal, el grande.

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