Global-Local: Mirador Internacional
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Donald Trump y el arte de la negociación

Trudeau y Trump: mala relación. Foto: Especial.

Marisol Reyes Soto*

La relación bilateral de nuestro país con los Estados Unidos parecería entrar en una nueva etapa de complejo acercamiento, toda vez que el Presidente Donald Trump anunció triunfalmente que se había llegado a un acuerdo comercial bilateral con México para sustituir el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). En realidad se trata de un pre-acuerdo comercial en el que todavía podría haber espacio para ajustes, ya que debe ser aprobado por el Congreso norteamericano, sin embargo, se presionó su culminación porque es muy importante en la oferta electoral de Trump para las elecciones intermedias de noviembre.

Debido a la gran dependencia de nuestra economía con el vecino del norte y la delicadeza de la transición, la suspensión o prolongación de las negociaciones no era una opción para México, pero para el futuro, y de cara al inminente cambio de régimen encabezado por Andrés Manuel López Obrador es importante analizar a fondo todos los elementos de esta negociación que ya es un referente fundacional en la conducción de las relaciones entre ambos países.

Donald Trump publicó en 1987, junto con Tony Schwartz, el libro “El arte de la negociación” (The art of the deal). Sin gran complejidad narrativa y con un perfil aspiracional, básicamente el libro sugiere 11 consejos prácticos para alcanzar el éxito en cualquier negociación. Aunque recientemente el coautor declaró que Trump sólo contribuyó marginalmente en la elaboración del texto, es factible pensar que, al menos, éste leyó el libro y aprobó sus contenidos. A estas alturas, el Presidente Trump ha demostrado que es un tomador de decisiones que no sigue las pautas de un político profesional, por el contrario, su estilo denota cada vez más la influencia de la experiencia que adquirió en el mundo empresarial, por esa razón, los consejos plasmados en “El arte de la negociación” han dejado de ser una anécdota literaria y adquieren una nueva dimensión cuando algunos de sus postulados se materializan en la política real.

Un ejemplo de esto se puede apreciar en las relaciones entre Estados Unidos y Canadá. Aquí se podría pensar que Trump ha aplicado el precepto que titula: “Defiéndete con fuerza” (Fight back very hard). La traducción textual de éste punto menciona lo siguiente: “Me llevo bien con las personas fácilmente. Soy muy bueno con la gente que es buena conmigo, pero cuando la gente me trata mal, o de manera injusta, o trata de aprovecharse de mí, mi actitud general, toda mi vida, ha sido defenderme con fuerza”.

Desafortunadamente, la mala relación que se ha establecido entre Donald Trump y el joven Primer Ministro, Justin Trudeau, es pública y se ha ventilado abiertamente. Históricamente la vecindad de ambos países se había caracterizado por una discreta armonía con una cooperación pragmática. En unos cuantos meses, esa relación se ha tornado distante y agría debido a la batalla comercial que ha confrontado a ambos países. Los problemas afloraron en mayo del 2018 cuando Trump tomó la decisión de imponer impuestos arancelarios a todos los países que exportan acero y aluminio a los Estados Unidos. Con esa medida inició una guerra comercial contra oponentes muy poderosos como China y Europa. Canadá, no fue la excepción y por el impacto económico que le causó esa decisión, se sumó al grupo de adversarios.

Sin embargo, la animadversión escaló a una dimensión personal en la primera visita presidencial del mandatario estadounidense en el marco de la cumbre del G7, que se llevó a cabo en Quebec en junio. Esa reunión es histórica porque una fotografía capturó la hostilidad de Trump ante los más importantes mandatarios de occidente que lo presionaban para cambiar su política comercial. Junto a Emmanuel Macron de Francia, Angela Merkel de Alemania y Theresa May del Reino Unido, también estaba Justin Trudeau representando a Canadá. Con nula cortesía diplomática para su anfitrión, Trump utilizó su estilo mediático de comunicación en las redes sociales para denunciar que la relación comercial con Canadá perjudicaba a los sectores agrícola y automotriz norteamericanos, y aún más, personalizó la disputa al decir que el primer ministro de Canadá, era deshonesto y débil. A raíz de esos desencuentros, los representantes comerciales canadienses fueron relegados gradualmente de las importantes reuniones de renegociación del TLCAN y finalmente las abandonaron. Hasta el momento, Canadá no forma parte del acuerdo.

Pero, la situación de nuestro país no es muy firme, y me atrevería a decir que está prendida con alfileres. Me parece que el acercamiento de Trump con nuestro país obedece a uno de los consejos de su libro que se titula: Maximiza las opciones (Maximize the options). En éste postulado, Trump afirma que él nunca se aferra a un sólo acuerdo, o a una sola opción… “yo tengo muchas opciones en el aire porque la mayoría de los acuerdos se pueden desplomar, no importa que tan promisorios se vean al principio”. En otras palabras, aunque el Presidente Trump mencione que todo marcha maravillosamente bien con México, en el fondo, él ya tendrá preparado un sustituto por cualquier eventualidad…

*Académica especializada en temas internacionales.

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