Mujer de la sospecha
Mujer de la sospecha

Los Fifís en la democracia

A bordo de vehículos de lujo protestaron contra el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Foto: Especial.

Yezica Montero Juárez*

Se ha generado una especie de odio infundado hacia la sola figura de AMLO. La oposición y la crítica es fundamental en la democracia. Pero también es importante saber ser un buen opositor y crítico. ¿Conocen a alguno?

Me voy enterando quiénes son algunas de las figuras principales que encabezan al movimiento FRENAAA. Desde el primer nombre comencé a sospechar: Luis Martín Bringas, y ya ni qué decir cuando escuché el apellido Ferriz de Con. En fin.

Lo que me provocó gran curiosidad, ha sido la reacción ciudadana. Muchas personas asumen que quienes participaron en las distintas manifestaciones automovilísticas (justificadas por la contingencia) se pudren en lana. Esa es la percepción; son los “ricos” que están peleando por no perder sus privilegios. Lo que me causa aún mayor interés es sobre cómo abordar el hecho de que a “nosotros los pobres” nos cause cura que los “ricos” salgan a manifestarse. Como si fuera una contradicción social.

Y aquí, es imposible no mencionar la crítica de Tocqueville al individualismo democrático. Se supone que toda democracia busca la igualdad de condiciones como base de la estructura de los deseos del humano democrático. “Los deseos” que concepto tan cabrón y metafísico decidió Tocqueville utilizar para explicar que una cosa es que la democracia pugne por la Igualdad; pero otra, que todos tengamos el derecho de ser “iguales”, y por lo tanto, todos podamos desear adquirir bienes, sin embargo: los bienes son limitados, existe la competencia y pues se friega quien desea y no obtiene.

La manifestación de ayer se ha criticado desde una perspectiva Tocquevilliana, donde todos los ciudadanos somos iguales ante la Ley, pero no ante la moral. Se ve mal a quién a pesar de tener “privilegios” de clase, de economía, de educación, de etnia se manifieste. Y tal vez es un Malestar Cultural “normal”, pues somos un país con el 60% de la población dentro del umbral de la pobreza; y lo lógico ante la percepción social, es tachar de ridículos a aquellos cuyas consignas se remiten a protestar ante una “Dictadura Comunista”. ¿Estos “ricos-Fifís” habrán tomado alguna clase de ciencia política?

Nos guste o no; los Fifís tienen derecho a manifestarse. Así sea con las formas más ridículas e ignorantes.

Antropóloga social.

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